La victoria de Boris Johnson en el Reino Unido, el pasado 12 de diciembre, no solamente significó la llegada inminente del tan esperado Brexit y el gran fracaso del Partido Laborista en el escenario político británico, sino que también fue el triunfo del nacionalismo. Una vez más el Reino Unido demostró que prefiere salir de la Unión Europea, con acuerdo o sin acuerdo. Esto por supuesto también resonó en los demás países de la región, no todo es Londres, es así que en Escocia, el partido nacionalista de Nicola Sturgeon, tomó fuerza y de esta forma su objetivo de celebrar un referéndum para salir del Reino Unido y de Europa. Pero, ¿que sería del Reino Unido sin Escocia y la República de Irlanda?

Si bien el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, logró una amplia mayoría que le permitiría pasar el acuerdo del Brexit muy fácilmente en la Cámara de los Comunes, no todo es color de rosa para el mandatario conservador que tanto insistió en separarse de la Unión Europea. La gran problemática que Irlanda y Escocia significan para el acuerdo es tan grande que hasta algunos analistas conservadores aseguran que la conversación sobre el Brexit podría durar hasta 15 años. Hay que tener en cuenta que es el mayor cambio en la historia europea y británica desde fines de la Segunda Guerra Mundial.

El pasado 12 de diciembre Johnson se enfrentó y destrozó en las urnas al laborismo británico y logró una mayoría de 364 asientos en el Parlamento. Si bien se eligió mandatario, la cortina detrás de la elección fue el Brexit: salir o no de la Unión Europea, repetir o no el referéndum, salida con acuerdo o sin acuerdo. Boris Johnson está convencido que el divorcio ocurrirá antes del 31 de enero de 2020.

El Partido Nacional de Escocia, dirigido por Nicola Sturgeon, ganó 48 de los 59 escaños disponibles en Escocia, y de esta forma buscará impulsar un referéndum de independencia del país que por ahora continúa siendo parte del Reino Unido. En consecuencia, sin la República de Irlanda, ¿que seguirá siendo parte de la eurozona, y con un futuro posible sin Escocia, que quedaría del Reino Unido? ¿Un Reino DesUnido?

Esta es, históricamente, después de la era de la Dama de Hierro: Margaret Thatcher, la época con mayor preponderancia del conservadurismo en el Reino Unido. Si bien Escocia en 2014 decidió continuar siendo parte del Reino Unido, esto fue antes del gran referéndum de 2016 que cambió la historia de la región, en el cuál la mayoría de los ciudadanos votó por abandonar Europa. Al parecer, frente al escenario de incertidumbre que se vivió en Gran Bretaña en los últimos años, y los que vendrán de cara a la reorganización del mapa político y económico, Escocia cambió su opinión con respecto al 2014.

«Escocia ha rechazado a Boris Johnson y los conservadores y, una vez más, hemos dicho que no al Brexit», explica la página oficial del Partido Nacionalista Escocés (SNP por sus siglas en inglés). «Ahora está claro, sin lugar a dudas, que la abrumadora mayoría de las personas en Escocia quiere permanecer en la Unión Europea», concluyó sin dejar de lado las frases de campaña.

Es tan así que Sturgeon ganó las elecciones haciendo campaña solamente refiriendo al referéndum escocés. «Todavía es mi plan presentar una solicitud oficial antes de fin de año para un nuevo referéndum de independencia», dijo la líder nacionalista escocesa a la BBC, luego de los resultados. Todo indicaría que Escocia seguirá los pasos de Cataluña en España y hasta de Hong Kong en Asia. «Si Sturgeon vuelve a ganar a lo grande en mayo de 2021, Johnson no podrá resistirse a un segundo referéndum de independencia», explicó a Bloomberg, Simon Hix, un profesor de ciencias políticas en la London School of Economics.

Sin embargo, esto no será tan simple para Escocia, ya que es Londres, es decir, Boris Johnson, quien tiene que aprobar la realización de un referéndum en el país vecino. «Es probable que un referéndum legalmente vinculante sobre independencia requiera una orden de la Sección 30 que transfiera este poder del Reino Unido a Escocia», explica The Washington Post. Aunque Sturgeon no está sola ya que tiene el respaldo del gobierno galés que todavía se mantiene laborista.

Aunque Escocia por supuesto no sería el único problema de Boris Johnson. Luego del 31 de enero tendrá que comenzar a negociar a través de largos y arduos debates con las autoridades europeas sobre las condiciones de salida, algo que no será nada fácil ya que el problema de las dos Irlandas sigue vigente. Recordemos que la República de Irlanda, con capital en Dublín, es parte de Europa, mientras que Irlanda del Norte, con su capital en Belfast, es un territorio más del Reino Unido, al igual que Gales y Escocia. El desafío es cómo evitar que tras el Brexit se instaure entre ambas una frontera con controles y aduanas, lo que iría contra los tratados de paz que se establecieron hace casi 20 años luego de una guerra sangrienta entre ambas partes.

Irlanda del Norte, también está pensando en un referéndum de independencia, especialmente su partido nacionalista y si esto ocurre, ¿significaría el fin del Reino Unido? El nacionalismo se apropió de la región en done hasta su progresismo es conservador, aunque ahora el conservadurismo va más allá de ser el ala dura y poco flexible de la política, sino que ahora su potencia ya pone en peligro el poder regional. La fuerza política y diplomática que solía ser en el siglo XX el Reino Unido, está en peligro de acabar siendo pequeñas islas.

Si esto ocurre, hay que prepararse para lo que podría ser una de las reformas del planisferio más importantes en la historia, y no solo eso, sino que también en las formas y relaciones comerciales que hoy están vigentes.

Fuente: Urgente24