México, tercer país más peligroso para los periodistas tras Siria y Afganistán, ha vivido en marzo un incremento dramático de la violencia, con el cuarto tiroteo este miércoles contra un periodista en un mes, que los activistas atribuyen a una creciente «impunidad».

El jefe de redacción de un diario del estado de Veracruz, en el este del país, fue baleado «casi a quemarropa» cuando regresaba a su domicilio de madrugada y hospitalizado en estado muy grave, informó Jorge Morales, secretario ejecutivo de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas.

Armando Arrieta, de 51 años, trabaja desde hace más de dos décadas en el diario La Opinión de la ciudad de Poza Rica. No se encontraba todavía bajo ningún sistema de defensa a periodistas amenazados, aunque «estaba en proceso de valoración de ingresar a un mecanismo de protección federal», precisó Morales.

La fiscalía general del Estado anunció inmediatamente haber abierto una investigación sobre lo ocurrido que «concluirá hasta llevar al culpable de estos hechos ante las autoridades».

Este es el cuarto ataque con arma de fuego a un periodista en México desde principios de mes, un hecho sin precedentes en el país, según Ana Cristina Ruelas, directora para México de la ONG Artículo 19, que registra este tipo de crímenes además de asesorar y proteger a los periodistas.

Y en su opinión, este incremento se explica porque las autoridades no muestran un interés real en investigar estos asesinatos.

«Si tu tomas en cuenta que el nivel de impunidad contra la prensa es del 99,75%, es decir que solamente el 0,25% (de los casos) se resuelven, el mensaje que está mandando el gobierno (…) es aquí no pasa nada si matas a un periodista», dice a la AFP.

«Ya ha llegado el punto en que ni siquiera tienes que estar investigando sobre corrupción o delincuencia organizada, el simple hecho de decir algo que no le caiga bien a alguien puede ser motivo de una agresión», denuncia.

Y aunque existe en México un sistema de protección a periodistas, éste se limita a poner escoltas a los profesionales amenazados, afirma, pero «no toma en cuenta que para proteger necesitas sobre todo investigar y sancionar».

– Tercer país más peligroso –

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A principio de febrero, la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció que México es el país más peligroso de América Latina para el ejercicio del periodismo, con 99 comunicadores asesinados de 2000 a 2016. Esta cifra no incluye tres muertos en marzo.

A nivel mundial, México ocupa el tercer lugar en número de periodistas asesinados, después de Siria y Afganistán, de acuerdo con RSF.

Este mes de marzo se llevó un triste récord.

El día 2 el periodista Cecilio Pineda fue asesinado a balazos en el estado de Guerrero, en el sur del país. Y el 19 lo fue también el reportero Ricardo Monlui Cabrera cuando salía, acompañado de su esposa y de su hijo, de desayunar en un restaurante de Veracruz.

Cuatro días más tarde, la periodista Miroslava Breach, que había escrito sobre crimen organizado, corrupción y los lazos entre narcotráfico y política, fue hallada muerta dentro de su vehículo con varios balazos en la cabeza en Chihuahua, en el norte, junto a la frontera con Estados Unidos.

Ese crimen, tercero en menos de un mes, desató firmes declaraciones de repulsa de organizaciones internacionales.

La oficina de la ONU en México y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos expresaron «su consternación y repudio» al asesinato en un comunicado conjunto.

Por su parte, la delegación de la Unión Europea en México pidió a las autoridades mexicanas «una investigación expedita con el fin de identificar y juzgar a los responsables».

En 2016 se registró un récord, con 11 periodistas asesinados en México, según un informe difundido el martes por Artículo 19.

En opinión de Ruelas, esta violencia se suma a otros ataques «a la libertad de expresión, con la intención clara de que se controle totalmente la información que permite a la sociedad tomar mejores decisiones» en un contexto político muy tenso ante la proximidad de las elecciones presidenciales de julio de 2018.