Las fiestas de Año Nuevo en Francia volvieron a quitarle el velo a una tradición lamentable que data de 1990, cuando por primera vez algunos jóvenes incendiaron cientos de automóviles en los alrededores de Estrasburgo.

A medida que pasaron los años, la quema de vehículos estacionados se fue extendiendo en el país europeo y en la víspera de este 2023 el número de rodados quemados ascendió a 874.

Todos los fines de año, muchos jóvenes franceses se apropian de las calles y adoptan esta forma de vandalismo, tan propia a la historia reciente que los más de ochocientos incendios a los automóviles son vistos como un dato positivo por las autoridades en virtud de la comparación que hacen con años anteriores.

Debido a un bloqueo nacional que se hizo en 2020 a causa de la pandemia, en 2021 no se pudieron contabilizar los automóviles incendiados, por lo que la última cifra data de 2019 cuando el registro alcanzó el número de 1.316 vehículos prendidos fuego.

En el transcurso de los años, otras razones pueden observarse en el país que ostenta ser la segunda economía de Europa al respecto de esta práctica indetenible: pandillas que ocultan pistas de sus crímenes y personas que hacen reclamos falsos para cobrar el seguro.

Como antecedente, también se puede citar que esta práctica se convirtió en una voz de protesta durante los ardientes disturbios de jóvenes desesperados de proyectos de vivienda que barrieron Francia en el otoño de 2005. En ese momento, la policía contó 8.810 vehículos quemados en menos de tres semanas.