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El Senado de Estados Unidos, de mayoría republicana, confirmó este lunes el nombramiento de la candidata del presidente Donald Trump, Amy Coney Barrett, como nueva integrante de la Corte Suprema.

La designación fue formalizada en horas de la noche con 52 votos a favor y 48 en contra, y una hora después, Barrett juró el cargo ante Trump, en una ceremonia al aire libre realizada en la Casa Blanca.

La nueva magistrada, de 48 años, ocupa el lugar que había quedado vacante por el reciente fallecimiento del icono feminista Ruth Bader Ginsburg.

En plena campaña para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre próximo, Trump había designado a Barrett y contaba con su confirmación para anotarse una victoria política a tan pocos días de la definición de la contienda electoral.

Durante su mandato, Trump designó a tres de los nueve integrantes de la Corte Suprema -la máxima instancia judicial y fuente de jurisprudencia del país-, además de a 163 jueces de distrito y 53 miembros de tribunales de segunda instancia.

Los demócratas denunciaron la voluntad del presidente de llevar adelante una nominación tan fundamental -los jueces son nombrados de por vida- tan cerca de la votación del 3 de noviembre, pero no tenían herramientas para frenarla.

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El ascenso de Barrett a la Corte Suprema fue posible gracias a la reforma sancionada -con oposición republicana- durante el segundo mandato del antecesor de Trump, el demócrata Barack Obama, que facultó al Senado a nombrar jueces y funcionarios con mayoría simple.

Los republicanos tienen mayoría en el Senado, al menos hasta los comicios de noviembre, donde además del presidente, los estadounidenses renovarán también parte del Congreso.

En una inusual sesión de fin de semana, los senadores barrieron, con 51 votos contra 48, un último obstáculo en el procedimiento para limitar la duración de los debates.

Ello abrió la vía a un voto solemne en el plenario de esta noche para la candidatura de Barrett, ya aprobada en la comisión encargada.

“Tendremos una nueva miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos”, dijo anoche el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, acabando con los llamados de los demócratas de esperar los resultados de la elección general.

Los republicanos «supervisan el proceso más partidista, más hipócrita, menos legítimo en la historia de las nominaciones a la Corte Suprema», dijo por su parte el líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer.

El ascenso de la jueza Barrett modificará considerablemente el equilibrio del alto tribunal, según anticipan (algunos incluso vaticinando posturas que ella aún no ha manifestado) que ahora tiene una mayoría conservadora de seis magistrados contra tres más progresistas.

Esta madre de siete niños opuesta al aborto podrá, salvo un imprevisto, participar de su primera audiencia desde el 2 de noviembre, la víspera de la elección presidencial.