En una visita histórica a Grecia, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió hoy en Atenas actualizar el tratado que trazó las fronteras de la Turquía moderna, durante una reunión con el presidente griego, Prokopis Pavlopulos, en la que pese al buen clima reinaron los reclamos mutuos.

La llegada de Erdogan a Atenas, que puso fin a un ciclo de 65 años sin visitas de mandatarios turcos a Grecia, estuvo rodeada de un imponente operativo de seguridad que involucró a más de 3.000 policías y blindó la capital griega.

Pese a las marcadas diferencias entre ambos mandatarios, principalmente centradas en la disputa continental y peninsular de las fronteras y los cupos migratorios, los jefes de Estado coincidieron en imprimirle un carácter «histórico» a la visita a la que consideraron una oportunidad para mejorar las difíciles relaciones bilaterales.

Erdogan demandó la «actualización» del Tratado de Lausana que en 1923 definió las fronteras de la Turquía moderna y que puso fin al conflicto que originalmente había existido entre el Imperio Otomano y los reinos de Grecia e Italia, Francia y el imperio Británico luego de la Primera Guerra Mundial.

Grecia se independizó del Imperio Otomano en 1832 luego de más de cinco siglos de dominación islámica. El Tratado de Lausana reemplazó al de Sevres de 1920, por el cual Grecia había ocupado la actual ciudad turca de Esmirna y su zona circundante.

Si bien evitó hablar de una redefinición de fronteras marítimas en el mar Egeo, algo que sí mencionó en otras ocasiones, sí defendió su posición de poder denominar como «turca» a la minoría musulmana de origen turco que vive en la región griega de Tracia Occidental, algo que Grecia rechaza categóricamente, informó la agencia de noticias EFE.

Durante el encuentro con el presidente griego, Erdogan afirmó además que la imposibilidad de alcanzar una solución viable sobre la división de Chipre, que está parcialmente bajo control turco pero al rechazo griego, es porque la parte grecochipriota rechazó en referéndum el acuerdo alcanzado con el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, en 2004.

El presidente turco afirmó que mientras el Tratado de Lausana habla de una minoría musulmana en Grecia, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha reconocido a esta minoría su derecho a llamarse turca.

En sus palabras de bienvenida, Pavlopulos había dejado claro que para Grecia el tratado de Lausana no es negociable, «ni necesita cambios o revisión».

No obstante, Pavlopulos insistió también en que Grecia sigue apoyando el ingreso de Turquía en la Unión Europea (UE), pero añadió que para ello debe haber un «pleno respeto del derecho internacional y del acervo comunitario».

Otro tema espinoso abordado por el jefe de Estado griego fue del acuerdo entre la UE y Turquía sobre la devolución de refugiados, el que pidió que sea «aplicado al pie de la letra».

En líneas generales el gobierno griego está satisfecho con el cumplimiento por parte de Turquía de este acuerdo, que ha frenado sustancialmente las entradas de migrantes en Grecia, pero en los últimos meses ha manifestado su «preocupación» por el aumento de las llegadas.

Antes de entrevistarse con Pavlopulos, Erdogan fue acompañado por el primer ministro, Alexis Tsipras, quien esta mañana le acompañó a depositar una corona de flores ante el monumento al Soldado Desconocido, en la plaza de Syntagma, ante las puertas del Parlamento heleno.

En medio de un fuerte operativo de seguridad, que bloqueó todo el centro de la capital griega y prohibió todo tipo de manifestaciones, la plaza, el corazón de la capital griega, quedó completamente cerrada al público durante el acto de Erdogan ante ese monumento.