El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió este martes que «todos» los que «desempeñaron un papel» en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi sean «castigados», incluso loa que «ordenaron» su muerte.

«La conciencia internacional no reposará mientras que todas las personas implicadas, desde los ejecutantes a los que dieron la orden, hayan sido castigados», dijo Erdogan en Ankara, ante el grupo parlamentario de su partido.

«Fue en Estambul donde se produjeron los hechos. En consecuencia, propongo que los 18 sospechosos (saudíes, detenidos en su país) sean juzgados en Estambul», afirmó.

«Fue un asesinato político», aseguró el presidente turco, y explicó que el sistema de videovigilancia del consulado saudí en Estambul fue desactivado antes del asesinato del periodista en el mismo local.

Khashoggi, de 59 años, que cayó en desgracia en su país tras criticar al régimen de Riad, entró en la misión diplomática saudí en Estambul el 2 de octubre para hacer un trámite y nunca salió del edificio.

El 6 de octubre, una fuente vinculada al gobierno turco reveló que la policía estaba convencida de que el periodista había «sido asesinado en el consulado» por un comando enviado desde Arabia Saudí.

Erdogan afirmó este martes que el «asesinato» de Khashoggi fue «planeado» días antes, exigió saber donde está el cuerpo del periodista y pidió una «comisión de investigación independiente» sobre el caso.

«Salvaje asesinato»

«Hasta ahora, todos los elementos y pruebas descubiertos indican que Jamal Khashoggi fue victima de un salvaje asesinato» aseguró el presidente turco en esta intervención, que suscitó gran interés en todo el mundo y en la que había prometido «toda la verdad» sobre el caso.

«Al reconocer el asesinato, el gobierno saudí ha dado un paso importante. Lo que esperamos ahora de él es que delimite las responsabilidades de cada cual en este caso, desde la cumbre hasta la base, y que sean juzgados» los responsables, agregó.

Riad acabó admitiendo primero el sábado que el periodista había muerto en el consulado durante una «pelea». Y el domingo, el ministro saudí de Relaciones Exteriores, Adel al Jubeir, calificó la muerte de Khashoggi de «asesinato» y aseguró que había sido el resultado de «una operación no autorizada» por el poder.

El jefe de Estado turco declaró que los 15 agentes saudíes llegados por separado a Estambul se reunieron en el consulado la misma mañana del asesinato de Khashoggi para «arrancar el disco duro del sistema de video vigilancia» de la legación diplomática.

Erdogan no precisó sin embargo sobre qué elementos basaba estas afirmaciones ni mencionó en ningún momento grabaciones audio o video, a las que han hecho alusión la prensa turca y algunos responsables desde el inicio del caso.

Socio económico

Erdogan, cuyo país mantiene relaciones complejas con Arabia Saudí, un rival diplomático pero también un importante socio económico, dio la impresión de no tratar de implicar al rey Salmán.

En cambio, no hizo en ningún momento alusión al todopoderoso príncipe heredero Mohamed bin Salmán, acusado por la prensa turca y por algunos responsables anónimos de haber encargado el asesinato.

Tras el discurso de Erdogan, Arabia Saudí aseguró que todas las personas implicadas en el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi tendrán que rendir cuentas «sean quienes sean», según una declaración publicada por la agencia oficial SPA tras la reunión semanal del gobierno saudí.

Poco después, SPA anunció que el rey Salmán y el príncipe Mohamed bin Salmán recibieron en el palacio real en Riad a dos familiares del periodista asesinado Jamal Khashoggi, un hijo, llamado Salah, y un hermano, Sahel.

El martes por la tarde Mohamed bin Salman acudió a un importante foro económico internacional en la capital saudí, al que muchos responsables y dirigentes occidentales renunciaron a asistir debido a la grave crisis diplomática provocada por el asesinato de Jamal Khashoggi