El presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, afirmó este jueves que la guerra contra las drogas fue un fracaso, durante su intervención en una reunión de la ONU que revisa en Viena la última década de política internacional contra los estupefacientes.

«La realidad nos demuestra que la guerra contra las drogas ha fracasado», declaró el presidente boliviano, quien expuso el modelo de su país en la lucha antinarcóticos tras la expulsión de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) hace diez años.

«Hoy nos vemos obligados a repensar nuevos modelos que reconozcan la realidad de cada uno de los países en sus propias experiencias», aseguró Morales para subrayar que cada Estado debe adaptar la lucha antinarcóticos a su propia situación.

El mandatario detalló que el modelo de lucha contra las drogas en Bolivia, que consideró un éxito, consiguió que en los últimos 13 años la coca cultivada en el país se redujera del 20 % del total de la región andina, al 10 %.

Esta política antidrogas de Bolivia, basada en el control social y concertado de los cultivos, según explicó, contrasta con la que se aplicaba con anterioridad, basada en la erradicación forzada y que «no respetaba los derechos humanos».

«Cuando llegamos al gobierno heredamos un modelo ajeno a la realidad boliviana, que no tomaba en cuenta los usos culturales tradicionales y medicinales de la hoja de coca», afirmó.

En sintonía, criticó a Estados Unidos, país del que dijo que utiliza la política antidrogas como «un mecanismo de control geopolítico» que se basaba en «la imposición» y en inmiscuirse en «la política interna».

El presidente de la nación andina subrayó el enorme valor cultural de la coca en la cultura de su país y avanzó que la Organización Mundial de la Salud estudiará los posibles beneficios para la salud de la planta.

Morales concluyó exponiendo que el narcotráfico existe porque hay demanda de cocaína y subrayó que Estados Unidos sigue siendo el primer consumidor de esa droga en el mundo.