Irán acusó hoy a Israel de atacar su planta de enriquecimiento de uranio de Natanz y prometió «venganza», un hecho que elevó las tensiones en Medio Oriente en medio de negociaciones para reflotar el acuerdo atómico de 2015 entre Teherán y las potencias.

La central atómica subterránea de Natanz sufrió ayer un apagón un día después de poner en funcionamiento nuevas centrifugadoras que enriquecen uranio más rápido, y horas después autoridades iraníes denunciaron un ataque «terrorista», pero sin acusar a nadie.

El vocero de la Cancillería iraní, Said Khatibzadeh, acusó hoy a Israel de ser responsable del ataque.

«Con esta acción, el régimen sionista ha intentado por supuesto vengarse del pueblo iraní por la paciencia y la sabiduría que ha demostrado en lo concerniente el levantamiento de las sanciones»

Said Khatibzadeh, en referencia a Israel

Es aún «demasiado pronto» para determinar los daños materiales causados por el ataque», agregó en una conferencia de prensa en Teherán.

«Tenemos que inspeccionar cada una de las centrifugadoras para evaluar los daños», indicó, citado por la agencia de noticias AFP.

De este modo, acusó indirectamente a Israel de querer hacer naufragar las conversaciones en curso en Viena para intentar que Estados Unidos vuelva al acuerdo internacional de 2015 y levante las sanciones que volvió a instaurar contra Teherán.

La semana pasada, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió que «un acuerdo con Irán que allanara el camino hacia las armas nucleares (…) no sería vinculante en modo alguno» para su país.