Nuevas manifestaciones recorrían las calles de Irán tras el rezo del viernes para protestar contra la ejecución del clérigo chiita saudí, Nimr al Nimr, en un contexto de fuertes tensiones entre Teherán y Riad, los dos grandes rivales de Oriente Medio.

Cerca de un millar de manifestantes desfilaron al grito de «muerte a Al Saud» (familia reinante en Arabia Saudita), «muerte a América» y «muerte a Israel». Algunos llevaban fotos del jeque Nimr, comprobó un fotógrafo de la agencia de noticias AFP.

Numerosas ciudades del país vivieron manifestaciones similares, según la televisión estatal. Poco antes, el ayatolá Mohamed Kashani, imán del sermón de los viernes en Teherán, fustigó a Arabia Saudita. «En todos los crímenes cometidos contra los musulmanes hay tres pilares: Estados Unidos, el régimen sionista y Arabia Saudita», declaró, según la agencia Irna.

«El régimen sionista planifica, Estados Unidos apoya y Arabia Saudita proporciona el dinero necesario», dijo el clérigo.

Esas manifestaciones se producen un día después de que Irán acusara a la aviación saudita de bombardear su embajada en Yemen.

“Durante un bombardeo de Arabia Saudí contra Saná, un cohete cayó cerca de nuestra embajada y desafortunadamente uno de nuestros guardias fue gravemente herido (…) Vamos a informar al Consejo de Seguridad de la ONU de los detalles de este ataque», dijo el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Hosein Amir Abdolahian.

La coalición árabe liderada por Riad, que interviene en Yemen para apoyar al gobierno de Abd Rabo Mansur Hadi en su lucha contra los rebeldes chiitas hutíes, negó esas acusaciones.

Las conflictivas relaciones entre el Irán chiita y la Arabia Saudita sunita empeoraron este mes con la ejecución de Nimr, y preocupan a la comunidad internacional que hizo un llamamiento a la calma.

La monarquía saudita rompió el domingo sus relaciones con Irán después de que manifestantes airados por la muerte de Nimr asaltaran el sábado sus misiones diplomáticas en Teherán y en Mashhad.

El gobierno iraní condenó el ataque a la embajada y al consulado sauditas, y más de 40 personas fueron detenidas, pero eso no bastó para tranquilizar a Riad.

La decisión saudita de romper sus relaciones con Irán fue seguida también por Baréin, Sudán, Yibuti y Somalia.

Emiratos Árabes Unidos decidió, por su parte, reducir las relaciones diplomáticas con Teherán mientras que Kuwait, Catar y las islas Comoras llamaron a consultas a su embajador en Irán.

Turquía también convocó al embajador de Irán para protestar por la publicación de artículos de prensa contra el presidente Recep Tayyip Erdogan, que se había negado a condenar la ejecución de Nimr por Riad.

Irán prohibió el jueves la entrada en su territorio de todos los productos sauditas o que hayan transitado por Arabia Saudita. Las relaciones comerciales entre los dos países son muy limitadas, y no superan los 200 millones de dólares (unos 184 millones de euros) anuales. Riad ya había roto sus relaciones comerciales con Teherán y prohibido los vuelos entre los dos países.

La República Islámica también decidió mantener la prohibición de acudir al pequeño peregrinaje a La Meca (omra), al que acudían entre 500.000 y 850.000 iraníes.