La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, agradeció el «apoyo» expresado por el papa Francisco a su reclamo para que Europa adopte un plan continental de acogida de inmigrantes y «no deje solos» a los cuatro países del Mediterráneo que reciben a la mayor cantidad de personas rescatadas en alta mar.

«Queremos agradecer al Papa su apoyo y sobre todo por su invitación a la concordia nacional e internacional», sostuvo Meloni a última hora del domingo luego del respaldo del pontífice al reclamo de Roma para que la Unión Europea adopte un plan continental de cuotas para acoger a las personas que llegan a las costas mediterráneas.

«Cada gobierno de la Unión Europea debe ponerse de acuerdo sobre cuántos puede recibir, si no son solo cuatro países los que reciben: Chipre Grecia Italia y España», había sostenido el pontífice en la conferencia de prensa que lo llevó de regreso a Roma tras una visita de cuatro días en Bahréin.

«Escuchamos siempre con gran atención las palabras del Santo Padre que son una advertencia perenne a la sabiduría y a la caridad», agregó por su parte Meloni.

Con la asunción del nuevo Gobierno que encabeza Meloni, Italia advirtió al resto de Europa y a las organizaciones que rescatan náufragos en el Mediterráneo que solo permitirá el desembarco en sus puertos de mujeres, niños y personas enfermas y que el resto de los inmigrantes salvados deberá ser llevado a los países de bandera de las embarcaciones.

Desde la oposición, el líder del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, consideró la estrategia de Meloni de «inaceptable, contraria a los principios de humanidad y a las reglas internacionales».

La diputada de la misma fuerza Elly Schein calificó esta política de «inhumana e ilegal» y exigió inmediatamente el desembarco total.

Este fin de semana, el Ministerio del Interior que encabeza Matteo Piantedosi ya envió inspecciones a algunos de los barcos que esperan permiso para atracar frente a las costas de la isla de Sicilia para «evaluar casos de vulnerabilidad a bordo», según explicó Médicos Sin Fronteras, responsable del barco Geo Barents con 572 náufragos.

Esta madrugada, Italia autorizó el desembarco de 357 personas de esa nave en Catania y las otras 215 quedaron a bordo a la espera de que otro país europeo abra sus puertos.

Otro de los barcos que esperaba permiso para atracar en Sicilia, el Humanity, anunció el domingo que Piantedosi dio luz verde al desembarco de 144 personas pero que otras 35 quedaron a bordo.

El Papa, en ese marco, destacó «la intención» del nuevo Ejecutivo para permitir el desembarco de mujeres, niños y enfermos.

«La política de los gobiernos ha sido salvar la vida, y creo que este Gobierno tiene la misma política», enfatizó, antes de recordar que Roma envió a representantes del Ejecutivo a algunos de los barcos que esperan en altamar para evaluar los casos de vulnerabilidad y hacer desembarcar a los pasajeros más vulnerables.

La posición del pontífice fue también destacada por el ministro de Infraestructura e ideólogo durante 2018-2019 de la política de «puertos cerrados», Matteo Salvini, quien en declaraciones que reproduce hoy el diario La Repubblica agradeció a Francisco las «palabras de gran sabiduría» ya que «Italia no puede ser dejada sola y no puede acoger a todos» los inmigrantes que llegan por la vía del Mediterráneo.