Las autoridades de Myanmar liberaron este miércoles a más de 2.000 personas que participaron en las multitudinarias protestas contra la junta militar que continúa en el poder desde el golpe de Estado de este año.

El 1 de febrero pasado, militares dieron un golpe de Estado que derrocó al Gobierno de la líder civil y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi y puso fin al retorno a la democracia iniciado en 2015 luego de Gobiernos militares ininterrumpidos desde 1962 en el país del Sudeste Asiático.

Desde el golpe, la antigua Birmania se ha sumido en el caos, con una feroz represión de protestas prodemocráticas y enfrentamientos que según la ONG Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP), ya dejaron 860 civiles muertos, entre ellos mujeres y niños, y 6.421 detenidos.

Sobre estos detenidos, la junta militar anunció este miércoles que 2.296 personas fueron liberadas en todo el país.

Después del anuncio de las autoridades, unas 200 personas se reunieron ante una cárcel en Rangún -la ciudad más grande de Myanmar-, para asistir a la salida de presos.

«Estoy muy orgulloso de ella, la voy a animar a que siga luchando hasta que ganen», dijo un hombre que esperaba la salida de su hija, informó la agencia de noticias AFP.

Entre los presos liberados está la periodista Kay Zon Nway, de Myanmar Now, un medio crítico con la junta militar, que dijo haber vivido «muchas cosas» en el interior de la cárcel, pero que daría explicaciones más adelante.

Otro periodista, el estadounidense Danny Fenster, está en la misma prisión desde mayo pero no hubo novedades de su liberación.

La junta ya liberó a 23.000 prisioneros en febrero, pero algunos grupos defensores de los derechos humanos advirtieron en ese momento que el régimen parecía estar preparando las cárceles para recibir a opositores políticos.