El presidente estadounidense, Donald Trump, tomó juramento hoy a Gina Haspel como la primera mujer en dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA), quien en su discurso abogó por una expansión en el extranjero de la operaciones de la agencia.

«Somos una agencia de inteligencia en el extranjero. Nuestro trabajo y nuestras prioridades necesitan reflejar eso», dijo Haspel.

La funcionaria sostuvo que los agentes deben incrementar su dominio en lenguas extranjeras, ampliar las sociedades en el exterior, donde deberán desplegar más agentes, consignó la agencia de noticias DPA.

El jueves último, el Senado aprobó por 54 votos contra 45 la designación de la candidata de Trump, una mujer con 33 años de trabajo como agente encubierta y con larga trayectoria como espía y supervisora en las operaciones clandestinas de la CIA.

«No estaría delante de ustedes hoy si no fuera por el notable coraje y dedicación mostrados por generaciones (de mujeres de la CIA) que desafiaron estereotipos, rompieron barreras y abrieron puertas para el resto de nosotras», afirmó Haspel, quien reemplaza al actual Secretario de Estado, Mike Pompeo tras un mes como directora interina de la agencia de inteligencia.

La ahora directora de la CIA fue duramente cuestionada durante el proceso de elección para el cargo por los métodos utilizados en los interrogatorios luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 (11-S).

Pese a las críticas y la controversia que surgió tras su nominación, Trump, presente hoy en la jura del cargo junto a Pompeo y el vicepresidente Mike Pence, no escatimó en elogios al referirse a Haspel.

«Tras los atentados del 11-S, Haspel se pasó los tres siguientes años cazando terroristas sin descanso», resaltó el mandatario estadounidense en la sede de la CIA en Virginia.

«Gina es una persona fuerte y dura, que nunca da un paso atrás a la hora de defender al país», valoró Trump, citado por la agencia de noticias EFE.

La administración Trump se vio obligada en las últimas semanas a realizar una férrea defensa de la nueva directora de la CIA.

El nombre de Haspel acaparó las tapas de los diario estadounidenses por primera vez en febrero de 2017, cuando la web de investigación ProPublica publicó un artículo en el que acusaba a la agente de haber supervisado las torturas sufridas por los presuntos extremistas de Al Qaeda Abu Zubaydah y Abd al Rahim al Nashiri.

A pesar de que la web llegó a desdecirse de estas acusaciones, desde que el propio Trump anunciara la nominación de Haspel a finales de marzo, se han sucedido las informaciones que denuncian el papel de la entonces agente de campo tanto por torturas como por la eliminación de pruebas de ello.

«Vives la CIA, respiras la CIA y ahora dirigirás la CIA», le dijo Trump directamente a Haspel durante la ceremonia, instantes antes de asegurar que «no hay nadie mejor cualificado para el puesto» en todo el país.

Hace cuatro años el entonces presidente del país, Barack Obama (2009-2017), reconoció que Estados Unidos había cometido actos de tortura después de los atentados del 11-S, lo que fue calificado por el mandatario de «error».

A pesar de que durante su audiencia de confirmación, celebrada a comienzos de mayo, Haspel defendió que su «código moral» es fuerte y que por lo tanto no permitiría la vuelta de la CIA al oscurantismo de comienzos de milenio, hoy la agente de 61 años se comprometió a hacer todo lo que esté en su «poder» para proteger al país.

Por último, Haspel llamó a los agentes de la CIA, a los que calificó de «tesoro nacional», a convertirse en «mentores» y «modelos a seguir» para la nueva generación de empleados de la institución.