Dos altos cargos de las Naciones Unidas pidieron al Reino Unido que reconsidere su plan de trasladar a solicitantes de asilo a Ruanda, advirtiendo que la medida tendría un impacto perjudicial sobre los derechos humanos y la protección de los refugiados.

En una declaración conjunta, Filippo Grandi, alto comisionado de la ONU para los Refugiados, y Volker Turk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, pidieron al Reino Unido que, en su lugar, adoptara medidas prácticas para hacer frente a los flujos irregulares de migrantes y refugiados.

«La nueva legislación supone un nuevo paso atrás en la larga tradición del Reino Unido de proporcionar refugio a quienes lo necesitan, en contravención de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados», afirmó Grandi.

Turk, que ya había criticado el plan con anterioridad, afirmó que la legislación «obstaculiza gravemente el Estado de derecho en el Reino Unido y sienta un peligroso precedente a nivel mundial».

El primer ministro británico, Rishi Sunak, prometió el lunes empezar a enviar solicitantes de asilo a Ruanda en un plazo de 10 a 12 semanas, al tiempo que la Cámara Alta del Parlamento aprobaba una ley que se había retrasado durante semanas por los intentos de alterar el plan.

Otros países están estudiando duras medidas para frenar la migración ilegal, e Italia planea construir campos de acogida en Albania para miles de migrantes que llegan por mar.