En 1980 quedaban 250 gorilas de montaña. Hoy, más de mil ejemplares viven en estado salvaje repartidos entre tres países.
El ruandés Fulgence Kayishema está acusado de haber orquestado la matanza de alrededor de 2.000 miembros de la etsia tutsi en la iglesia católica de Nyange. Según la investigación, consiguió y distribuyó gasolina para incendiar el edificio con los refugiados en el interior.
Los arzobispos de Canterbury y York, así como otros 24 obispos, dijeron que esa política debería avergonzarlos como nación: “La vergüenza es nuestra, porque nuestra herencia cristiana debería inspirarnos a tratar a los solicitantes de asilo con compasión, equidad y justicia, como lo hemos hecho durante siglos".
La ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, dijo que no podía precisar exactamente cuántos inmigrantes estarían a bordo del avión que saldría durante la noche de este martes, pero afirmó que este primer vuelo "despegará, incluso si en él solo viaja un número reducido de solicitantes de asilo".
Según fuentes del Ministerio de Defensa, el Gobierno británico está “tomando medidas más duras contra los traficantes de personas”. Aseguran que están planeando enviar a algunas personas que buscan asilo a Ruanda.
"Los tutsis no merecen vivir. Hay que matarlos. Incluso a las mujeres preñadas hay que cortarlas en pedazos y abrirles el vientre para arrancarles el bebé", repetían desde la racista Radio Televisión Libre.
"En cuanto me acerco a esa iglesia, me vuelvo loco", asegura Jean-Damascène Rutagungira, que el 13 de abril de 1994 asistió a la matanza de toda su familia en esa parroquia de su pueblo.
En el Parque de Virunga grupos de gorilas buscan refugio en las colinas ruandesas, amenazados por las compañías que quieren extraer crudo en Congo.