Líderes religiosos en Jerusalén debaten una solución al conflicto por el que las puertas del Santo Sepulcro, el lugar más sagrado del cristianismo, permanecen cerradas desde ayer en protesta por las recientes medidas legales y fiscales adoptadas por Israel.

«El encuentro tiene lugar en estos momentos. Llevan reunidos unas tres horas y todavía no sé sabe cuándo van a terminar», manifestó uno de los guardianes musulmanes de las llaves del templo, Wajid Nuseibeh, quien añadió que aún «no hay una solución. La situación sigue siendo la misma».

Las principales Iglesias cristianas en la Ciudad Santa cerraron ayer el Santo Sepulcro, un atractivo turístico ubicado en el territorio ocupado de Jerusalén Este, en una decisión sin precedentes en protesta por las recientes medidas legales y fiscales adoptadas por Israel.

Dirigentes de las iglesias ortodoxa de Grecia, católica romana y armenia denunciaron, en un comunicado conjunto, una «campaña sistemática contra las iglesias y comunidades cristianas en Tierra Santa».

Los principales enfrentamientos se centran en la disputa sobre nuevas disposiciones municipales para obligar a las Iglesias a pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), del que estaban exentas históricamente, y un proyecto de ley que permitiría al Estado israelí expropiar las propiedades eclesiásticas arrendadas a compañías privadas.

Las autoridades cristianas afirmaron que se trata de una «ley discriminatoria y racista» que se dirige contra las comunidades cristianas.

«Nos recuerda a leyes parecidas que se impusieron contra los judíos en Europa en tiempos oscuros», agregaron.