Los chalecos amarillos volvieron poblar las calles francesas para evidenciar su descontento con las políticas de la administración del presidente Emmanuel Macron, en lo que significó el pasado fin de semana la jornada 47 de las manifestaciones.

Las protestas de los chalecos amarillos, originadas hace aproximadamente un año como respuesta al aumento del precio del combustible y las malas condiciones económicas, que luego devinieron en manifestaciones contra la gestión del líder de En Marche.

En París, los activistas ocuparon un centro comercial en la «plaza de Italia», que incluyó un bloqueo a la entrada y salida además de las manifestaciones propiamente dichas.

Se produjo tensión entre los manifestantes y la policía en la ciudad de Toulouse.

La policía francesa intervino en los activistas con el gas pimienta. Los activistas patearon a un policía quien cayó al suelo, una persona fue detenida y tres policías resultaron heridos.

Allí  se les sumaron activistas climáticos de Extinction Rebellion, hecho que fue utilizado por algunos medios para direccionar el sentido de la protesta únicamente hacia el reclamo ambiental, siendo que los «gilet jaunes» lo incluyen dentro de una agenda más amplia que tiene como centro la crítica al modelo «europeísta» de ajuste que plantea Macron.

«Contamina, consume y cállate la boca», «Destruir los palacios del poder. Construir casas para la gente» o «Ecología radical. Muerte al capital» fueron algunas de las consignas escritas en las pancartas desplegadas por los activistas en la mañana local, informó la cadena de televisión francesa BFM TV.

Los militantes llegaron en pequeños grupos hasta que desbordaron por número a los vigilantes de seguridad, que finalmente los dejaron pasar sin oposición. Se concentraron en la entrada principal del centro comercial Italie 2 y rápidamente los 130 comercios bajaron las persianas, según reportó la agencia de noticias Europa Press.

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Poco después, la policía se presentó en el lugar y rodearon el edificio, cuyos accesos fueron bloqueados con maderas, sillas y cuerdas.

Esta acción denominada «Última ocupación antes del fin del mundo» se enmarca en las movilizaciones convocadas para este lunes por Extinction Rebellion en 60 ciudades de todo el mundo.

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Por su parte, los chalecos amarillos continúan, con mayores o menores convocatorias, con sus manifestaciones sábado tras sábado tras casi un año desde su irrupción, como uno de los fenómenos políticos más sobresalientes de toda Europa, al menos en términos de movilización popular en las calles.