El Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez anunció hoy que no comenzará a negociar la conformación de un gobierno hasta que el líder conservador Mariano Rajoy acepte el encargo del rey para intentarlo primero – y fracase-, o renuncie de forma definitiva a la reelección, en un nuevo giro que mantiene en suspenso el futuro político de España.

Además, los socialistas enviaron un claro mensaje, sin citarlo, a Podemos, al afirmar que «mucho menos» van a negociar cuando las conversaciones para fraguar una alternativa «se planteen desde el chantaje y anteponiendo los intereses de partido a los intereses de los ciudadanos».

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, sorprendió ayer a todos ofreciendo un gobierno de coalición a PSOE e Izquierda Unida (IU), con Sánchez como presidente y él de vicepresidente, opción que el dirigente socialista se mostró dispuesto a explorar una vez que Rajoy fracase en su intento de formar gobierno, según su primera respuesta pública.

Apenas 24 horas después, con el camino despejado luego de que Rajoy renunciara ayer a ser el primero a someterse a una votación de investidura y mientras la expectativa estaba centrada en las posibles conversaciones que Sánchez supuestamente se había comprometido a mantener con Iglesias durante el fin de semana, se produjo un cambio inesperado.

«El PSOE defiende el cumplimento escrupuloso de los procedimientos democráticos, y por tanto cree que Rajoy tiene la obligación constitucional de aceptar el encargo real y presentar su candidatura a la investidura o renunciar definitivamente a ella», manifestaron los socialista en un comunicado.

«Mantenerse a la espera, por razones de supervivencia política y personal, amparándose en la existencia de hipotéticas mayorías alternativas, es una irresponsabilidad poco acorde con los intereses de los ciudadanos y con los retos que tiene planteados nuestro país», añaden.

Por eso, ante la nueva ronda de consultas convocada por el rey para la próxima semana, los socialista insisten en que «debería salir, de nuevo, el encargo de formar gobierno a una persona propuesta por el primer partido en la Cámara», el referencia al Partido Popular (PP), vencedor de los comicios del pasado 20 de diciembre.

El PSOE subraya a continuación que mientras tanto «no va a emprender negociaciones con otras fuerzas políticas para intentar fraguar una alternativa de Gobierno estable y, mucho menos, cuando se plantean desde el chantaje y anteponiendo los intereses de partido a los intereses de los ciudadanos».

Sin embargo, los socialistas aseguran que sí mantienen y mantendrán «contactos y diálogo con todas las fuerzas políticas, y lo va a seguir haciendo, con el fin de evaluar la situación y acercar posiciones en torno a cómo afrontamos los graves desafíos que España tiene, y a los problemas que acucian a muchos ciudadanos».

En el marco de esa estrategia, Sánchez contactó hoy al dirigente Albert Rivera, del partido Ciudadanos, antes de hablar con Iglesias, si bien tenía previsto hacerlo también en el transcurso del día.

«He hablado con Albert Rivera de la situación política. Coincidimos en que España necesita diálogo. Seguiremos en contacto los próximos días», anunció Sánchez a través de su cuenta oficial de Twitter.

En la mima red social, el líder de Ciudadanos, cuarta fuerza política en España, confirmó el contacto entre ambos y también abogó por mantener conversaciones constantes: «Me ha llamado Sánchez, en los próximos días hay que dialogar, desde el acuerdo o desde la discrepancia. Los españoles por delante de las siglas», escribió.

Con su gesto, Sánchez confirmó que su intención, de cara a las eventuales negociaciones para formar un gobierno alternativo al PP, sigue siendo alcanzar un acuerdo tanto con Ciudadanos como Podemos.
Iglesias, por su parte, antes de iniciar cualquier diálogo ya había puesto todo la presión sobre Sánchez:

«Hemos hecho una propuesta de Gobierno seria y Rajoy ha dado un paso atrás. El cambio es posible. Espero que el PSOE esté a la altura», escribió en su cuenta e Twitter.

«Las prioridades para construir un nuevo proyecto de país en el que se comprometa una mayoría deben girar, a juicio del PSOE, en torno a políticas e ideas concretas, nunca en torno a tácticas, intereses partidarios o imposiciones unilaterales», respondió hoy el PSOE.

«Es un momento para el diálogo, la negociación y el acuerdo en interés de España y de los españoles», insistieron.

Pese a las expectativas que había generado la propuesta de Iglesias, la forma en la que el líder de la fuerza izquierdista hizo su propuesta de entrada no gustó a muchos dirigentes socialistas.

Entre otras cosas porque el líder de Podemos argumentó que su compromiso de gobernar era una forma de garantizar una «coherencia entre los que se dice y se hace». Y también porque dijo que el PSOE no podía pretender gobernar en minoría con el resultado electora que obtuvo, apenas 300.000 votos más que Podemos.

En ese sentido, Iglesias dijo que «la posibilidad histórica» de que Sánchez sea presidente es «una sonrisa del destino que tendrá que agradecer».

De hecho estas palabras dieron pie a Rajoy para atacar a Sánchez.

«Para ser presidente de España no basta con humillarse e hipotecarse, hace falta un presidente con dignidad, es lo mínimo que se le pide a un político», sostuvo el presidente del gobierno en funciones y líder del PP, cuya decisión de ayer fue interpretada por los analistas como una jugada para ganar tiempo y esperar a que el PSOE fracase en un intento de formar gobierno.

Tras su sorpresiva renuncia, Rajoy protagonizó hoy a un acto partidario en Córdoba, donde se mostró respaldado por los suyos a raíz de su inesperada decisión de declinar el ofrecimiento del rey de presentarse a la votación de investidura en el Parlamento, algo inédito en democracia.

Según Rajoy, haberse presentado hubiese sido «un fraude» de cara a sus votantes porque «las fuerzas que iban a decir no estaban pactando y repartiéndose el próximo gobierno».

El líder conservador insistió en que él no renuncia a la presidencia del gobierno y sigue proponiendo un Ejecutivo de estabilidad al PSOE y Ciudadanos, que es «lo sensato».

Agregó que la alternativa es «un gobierno a las órdenes de Podemos con un PSOE humillado» que sería un desastre para España. La tercera opción, son las elecciones, recordó.