La policía de España sospecha que Adriana Gioiosa, la argentina de 50 años que desapareció en la ciudad de Madrid, fue asesinada por el hombre que le alquilaba la casa, el cual habría intentado sin éxito pasar su cuerpo por una picadora de carne, para luego descuartizar su cuerpo y deshacerse del mismo en bolsas de residuo.

Las sospechas de los investigadores apuntan a que el crimen se cometió en el chalet del barrio Majadahonda entre el 29 de marzo, cuando la mujer regresó a Madrid tras visitar a sus familiares en Argentina, y el 1º de marzo.

De acuerdo con la tesis que manejan los investigadores, la cual fue revelada por el diario ABC, el detenido, un hombre de 32 años, tras asesinar a la argentina, descuartizó el cadáver e intentó picarlo en una trituradora que tenía en el domicilio.

Sin embargo, ese último macabro paso no pudo ser dado por el asesino porque el aparato tiene un diámetro de cuchilla de entre 10 y 12 centímetros, lo que le imposibilitaba romper los huesos.

Siempre según fuentes judiciales consultadas, se sospecha que el asesino finalmente optó por colocar los trozos de la víctima en bolsas de residuos y arrojarlos a contenedores de basura.

El hombre, de acuerdo con la misma hipótesis investigativa, realizó distintas maniobras para intentar encubrir el crimen.

Como el celular de la víctima no paraba de sonar con mensajes de sus familiares, le envió uno por la red WhatsApp a un hermano en el que haciéndose pasar por Adriana le decía «He llegado bien».

No obstante, el mensaje no satisfizo a los parientes de la mujer y una semana más tarde, su hermano viajó a Madrid para realizar una denuncia por su desaparición el pasado 6 de abril.

El sujeto también envió un mensaje utilizando la computadora de la mujer a sus empleadores de una casa de comidas rápidas, en el que comunicaba su renuncia por «razones personales».

El teléfono celular de Adriana dejó de funcionar en la misma jornada que se realizó la denuncia y desde entonces se encuentra desaparecido, mientras que se descartó una información que indicaba que habría sido arrojado en la valija de un viajero que se dirigía a Barcelona.

El 7 de abril pasado se produjo la detención del sospechoso, el que fue descripto por fuentes judiciales como «educado» y «correcto», pero «frío» y «calculador».

Por otro lado, se descartó por el momento centrar la investigación en que otros cuatro inquilinos del mismo chalet hayan sufrido una suerte similar a la de la argentina, ya que no hay denuncias ni reclamos por el paradero de ellos.