El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el cierre por 72 horas de todas las comunicaciones aéreas y marítimas con las vecinas islas caribeñas Aruba, Curazao y Bonaire, como medida para enfrentar el contrabando que, considera, provoca desabastecimiento.

«He ordenado la inmediata toma de todos los puertos y aeropuertos por donde nos comunicamos y se hace labor de intercambio comercial y de pasajeros con Aruba, Curazao y Bonaire», exclamó Maduro anoche al término de un consejo de gobierno.

La medida, dijo, obedece a la «defensa de los intereses económicos de Venezuela», por lo que pidió a los gobiernos de estos territorios que tomen las medidas que les «ha exigido» durante los últimos tres años para «el control del contrabando» y «el establecimiento de un comercio sano».

«Yo no quería tomar una medida como esta, pero estoy dispuesto inclusive a tomar una medida más radical», abundó, según reprodujo la agencia de noticias Ansa.

Maduro dijo que «las mafias se llevan el oro del país de manera ilegal y lo legalizan allá. Se llevan el coltán, se llevan los diamantes, se llevan todos los productos alimenticios».

Además, responsabilizó a sus vecinos de los robos de cobre que afectan el servicio eléctrico en el país.

Venezuela registra una profunda crisis económica con una severa escasez de alimentos básicos y medicinas que, según Maduro, responde a la presunta «guerra económica» de los «grupos oligarcas venezolanos con sus aliados internacionales».