Los combates y los ataques continúan en el sur de Trípoli, la capital libia, y desde que comenzaron hace un mes, ya obligaron a unas 10.300 familias a abandonar sus hogares y buscar refugio en escuelas e improvisados centros de recepción, según informó este domingo el gobierno reconocido por la ONU y con sede en Trípoli.

Un miembro del Comité de Crisis del único gobierno reconocido por Naciones Unidas y la mayoría de la comunidad internacional, Khaled Masaud, explicó a la prensa que una amplia mayoría de las familias desplazadas buscaron refugio dentro de la capital, mientras que el resto escapó hacia la ciudad costera de Al Zawiya, ubicada a unos kilómetros al oeste de Trípoli y muy cerca de la frontera con Túnez.

Mientras tanto, los combates entre las fuerzas del gobierno de Trípoli y las milicias lideradas por Jalifa Hafter, el hombre fuerte del llamado gobierno Tobruk, que pese a no contar con reconocimiento oficial internacional controla hace años las regiones del este y los principales recursos petroleros del país.

Hafter ha estado avanzando hacia el oeste y hace un mes llegó a las afueras de Trípoli y comenzó una campaña de asedio contra el gobierno reconocido por la ONU.

Esto marcó el fin de los esfuerzos del gobierno y de sus aliados en Naciones Unidas por avanzar en un proceso de paz con Hafter.

Desde entonces, los combates y bombardeos aéreos se suceden sin tregua.

El gobierno de Trípoli informó este domingo que al menos cuatro personas murieron y otras 23 resultaron heridas por bombardeos de las fuerzas rebeldes contra los suburbios sur de la capital, según la agencia de noticias EFE.

El gobierno también informó de ataques propios contra las posiciones que mantiene Hafter cerca de estas zonas, pero no hizo mención sobre posibles muertos o heridos.