La conmemoración del Día del Trabajador comenzó hoy en Francia con 165 personas detenidas en París en un masivo operativo policial destinado a evitar nuevos disturbios tras meses de masivas protestas del movimiento de los llamados chalecos amarillos.

El despliegue policial alcanzó toda la ciudad y, antes del mediodía, las fuerzas de seguridad ya habían realizado más del 9000 controles de
identidad «preventivos», según informó un vocero de la Prefectura de Policía, citado por el diario local Le Monde.

Tradicionalmente, el Día del Trabajador en Francia es conmemorado con masivas marchas en todo el país organizadas por las centrales sindicales y, en paralelo, una manifestación del Frente Nacional, ahora transformado en Agrupación Nacional, la principal fuerza de la extrema derecha del país.

Mientras las marchas convocadas por el sindicalismo suelen ser pacíficas y sin incidentes, la manifestación de la extrema derecha tiene muchos antecedentes de violencia.

Pero los últimos meses de manifestaciones semanales de los chalecos amarillos cargaron de especial tensión el Día del Trabajador de este año.

Mientras en algunas ciudades del interior del país, como Nantes, la tradicional manifestación de las centrales sindicales se realizó sin
problemas, en Lyon miles de miembros del movimiento chalecos amarillos encabezaron las protestas y en París, ocupan lugares estratégicos de la marcha en varios barrios.

Uno de los barrios donde la situación es más tensa es Montparnasse, en el sur, el punto de inicio de la tradicional marcha sindical de todos los años.

Los manifestantes con chalecos amarillos rechazan los controles de la Policía y ya hubo forcejeos y hasta algunos gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad para dispersar a la multitud.