Francia superó hoy la cifra de 4.000 muertos por la pandemia de coronavirus, que infectö a casi 60.000 personas en el país, según las últimas cifras del Ministerio de Salud.

Según el ministro Jerome Salomon, en las últimas 24 horas murieron 509 personas, una cifra que solo tiene en cuenta los fallecimientos en los hospitales pero no registra las ocurridas en residencias geriátricas o domicilios particulares.

El gobierno, que espera poder brindar esos datos esta semana, dijo que en total hay 56.989 casos confirmados de coronavirus, 4.861 más que el día anterior, informó la agencia de noticias EFE.

Para mitigar el impacto de la pandemia, el gobierno ordenó la cuarentena obligatoria para toda la población desde el 17 de marzo, una medida dictada inicialmente por 15 días y extendida mas tarde hasta el 15 de abril.

El primer ministro francés, Édouard Philippe, destacó hoy en una intervención ante la misión de información parlamentaria sobre esta crisis que es «probable» que el abandono del confinamiento no tenga lugar de golpe.

El jefe del Ejecutivo apuntó que dependerá de la forma en la que el virus haya circulado por el país y de otros elementos de los que aún no disponen en su totalidad.

Philippe sí avanzó que a la actual crisis sanitaria es «susceptible que se le sume una crisis económica y puede que, después, una crisis financiera», razón por la que el gobierno ha puesto en marcha medidas de ayuda para las empresas.

En tanto, la Gendarmeria, que controla el cumplimiento de la cuarentena, ha comenzado a alertar a los trabajadores de la salud sobre la necesidad de protegerse ante los robos, después de incautar barbijos vendidos de manera ilegal en dos negocios.

El coronel de Gendarmería Romain Pascal relató a France Info que en una intervención en Saint Genest Malifaux incautaron máscaras que estaban vencidas.

El alerta de la Gendarmería llega después de que una enfermera denunciara el robo de su equipo médico y de que varios trabajadores de la salud reclamaran vigilancia para evitar este tipo de asaltos.

La enfermera, una mujer de Marsella de 32 años, dijo que dejó su auto estacionado en una calle de la ciudad de Plombières y que cuando regresó todo su equipo médico había sido robado, informó el medio francés La Provence.

«Estoy indignada. Conmocionada. Estas personas deben entender que sin equipo y sin protección no podremos intervenir para tratarlos, y son los mismos que nos aplauden todas las tardes a las 8 pm», denunció la enfermera, que trabaja a domicilio.