Más de 64.000 personas han sido afectadas por las inundaciones ocurridas en el empobrecido departamento colombiano de La Guajira, fronterizo con Venezuela, informó este viernes la oficina local de asuntos humanitarios de la ONU.

Las lluvias que caen desde el 1 de octubre han provocado inundaciones que damnificaron a «aproximadamente 64.565 personas (12.913 familias)» en cuatro municipios de ese departamento, indicó el organismo en un comunicado.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) afirmó que el número de afectados podría aumentar cuando se complete el seguimiento de otros municipios donde pueden también haber víctimas.

En las localidades en emergencia se concentran poblaciones de indígenas wayuu de ambas naciones y venezolanos que huyen de la profunda crisis económica de su país, entre ellos mujeres gestantes y lactantes y adultos mayores.

OCHA aseguró que la mayoría de los afectados pertenecen al municipio de Uribia, donde el 91% de la población rural es de origen indígena y se encuentra en gran medida incomunicada por vía terrestre.

El organismo alertó de la dificultad de los damnificados para acceder a alimentos ante la pérdida de cultivos y víveres, así como también a agua potable y saneamiento básico.
Además se prevé un «aumento en enfermedades e infecciones de la piel» y «enfermedades prevalentes en la primera infancia» relacionadas con la emergencia.

Por la situación, la administración municipal de Uribia emitió una declaratoria de calamidad pública el 8 de octubre ante la incapacidad de «atender a tantas personas», añadió el boletín.

La estatal Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) indicó por su parte en un comunicado que en «las próximas horas» llegarán al lugar 19 toneladas de asistencia humanitaria.

El departamento desértico de La Guajira es uno de los más pobres del país y en los últimos años ha reportado graves problemas de desnutrición infantil.
Colombia enfrenta desde hace 20 días la segunda temporada de lluvias del año, que según la UNGRD tiene en alerta al Pacífico y Caribe colombianos, así como a zonas del centro y noreste del país.