Una semana después de que la Corte Suprema dictaminara que el Gobierno escocés no puede celebrar un referendo de independencia sin la aprobación del Gobierno británico, una encuesta en Escocia mostró que hay más personas que apoyan separarse del Reino Unido que las que quieren seguir siendo parte.

Según el sondeo, el más reciente sobre un hipotético referendo de independencia escocés realizado por la consultora Redfield & Wilton Strategies, el 49 % de los encuestados dijo que votaría por el «Sí» y el 45 % dijo que votaría «No» si la consulta fuera mañana, mientras que el resto dijo que no sabía.

Una pluralidad de votantes escoceses, casi cuatro de cada diez, dijo también que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (39 %), la crisis energética (38 %) y la crisis del costo de vida (37 %) los han hecho más propensos a votar por la independencia de Escocia.

La mayoría de los votantes escoceses dijo que la agitación constitucional causada por el fallecimiento de la reina Isabel II y la ascensión al trono del rey Carlos III no tuvo ningún efecto sobre cómo votarían en un referendo de independencia.

La mayoría opinó que la muerte y el funeral de la reina Isabel II (64 %) y el hecho de que Carlos se convirtiera en rey (65 %) no les hizo ninguna diferencia.

Redfield & Wilton Strategies realizó la encuesta el 26 y 27 de noviembre, días después de que la Corte Suprema del Reino Unido dictaminara que no se puede realizar otro referéndum de independencia sin el consentimiento del Parlamento británico.

Según el diario The Guardian, el líder adjunto del Partido Independentista escocés (SNP,) Keith Brown, dijo que esta es encuesta muestra un apoyo creciente a lo que expresaron los escoceses en las elecciones de 2021.

«Quieren tener la opción de convertirse en una nación independiente», apuntó.

Aseguró que el caos político en el Reino Unido en los últimos meses derrumbó la economía del país, aceleró la inflación y paralizó los presupuestos familiares con hipotecas altísimas, todo de los sucesivos gobiernos conservadores que Escocia no eligió.

«El fallo de la semana pasada mostró claramente que el Reino Unido no es una unión voluntaria», subrayó.

Para Brown, en una democracia, es correcto que la gente exprese su opinión y ni el gobernante Partido Conservador ni el opositor Partido Laborista deberían poder impedirlo.

«El mensaje para los partidos de Westminster ahora es claro: no se puede negar la democracia escocesa», dijo, usando el nombre del Palacio de Westminster, la sede del Parlamento británico.

La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, rechazó el fallo de la Corte Suprema.

Aunque dijo que respetaba la decisión, prometió que seguirá luchando por la independencia, por considerar que estaba en juego «el derecho democrático de elegir” su propio futuro como escoceses.

«Encontraremos otro medio democrático, legal y constitucional por el que el pueblo escocés pueda expresar su voluntad», manifestó apenas se conoció el fallo.

Escocia celebró un referéndum de independencia en 2014, y poco más del 55 % votó seguir formando parte del Reino Unido.

Sin embargo, el Gobierno escocés, controlado por el partido nacionalista de Sturgeon, considera que la salida del país de la Unión Europea en 2020, rechazada por la mayoría de los escoceses, hizo necesaria una segunda consulta.