La primera ministra británica, Theresa May, y la Unión Europea (UE) se comprometieron hoy en Bruselas a seguir trabajando en busca de un Brexit ordenado, luego de que el Parlamento británico rechazara el acuerdo de retirada del Reino Unido del bloque.

A menos de seis semanas de que el país abandone la UE, May se reunió con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, para tratar de lograr avances en el espinoso tema del estatus de la frontera de Irlanda tras el Brexit.

> Te puede interesar: ¿Qué es el Brexit?

Tras el encuentro, ambos dijeron en un comunicado que discutieron alternativas a la cláusula del acuerdo que contempla una salvaguarda para evitar una frontera física entre Irlanda del Norte, que es parte del Reino Unido, e Irlanda, un Estado de la UE.

El Reino Unido saldrá de la UE el 29 de marzo, y economistas y empresarios han advertido de los serios perjuicios que un Brexit sin acuerdo provocaría a ambas partes ante la imposición de aranceles y otras trabas al vital comercio bilateral.

El comunicado, que calificó la reunión de «constructiva», agregó que May y Juncker volverán a hablar «antes de fin de mes» y que ambos instaron a sus respectivos equipos «a seguir explorando opciones con un espíritu positivo».

> Te puede interesar: El Parlamento británico le dio la espalda a May y votó en contra del Brexit

El texto precisó además que encargaron al negociador de la UE, Michel Barnier, y al ministro británico para el Brexit, Stephen Barclay, «considerar el proceso que seguirán la Comisión Europea y el Reino Unido» al respecto, informó la agencia de noticias EFE.

Luego de que la Cámara de los Comunes británica rechazara el mes pasado al acuerdo de retirada pactado entre May y la UE en noviembre, los diputados del Reino Unido pidieron a la premier renegociar con Bruselas la salvaguarda de la frontera irlandesa.

Pero la UE rechaza esa opción y solo acepta revisar la declaración política sobre la futura relación, en la que ya se hacía referencia a «la determinación» de las partes de sustituir la salvaguarda «por un acuerdo que establezca arreglos alternativos para garantizar la ausencia de una frontera dura en la isla de Irlanda de forma permanente».

El mecanismo de salvaguarda, conocido como ‘backstop’, dejaría al Reino Unido dentro de una unión aduanera con la UE para evitar la necesidad de establecer aduanas en la frontera de Irlanda.

La zona fronteriza fue una de las más golpeadas por el conflicto político y religioso de décadas en Irlanda del Norte, que dejó 3.700 muertos.

> Te puede interesar: El temor a un Brexit sin acuerdo desata una “fiebre del oro” en Irlanda

El libre flujo de personas y bienes a través de la casi invisible frontera es puntal de la economía local y del proceso de paz norirlandés.

Pero muchos legisladores pro Brexit temen que el backstop atrape al Reino Unido en el corset regulatorio de la UE, y dicen que no apoyarán un acuerdo hasta que no sea eliminado.