Los ministros del gobierno del Reino Unido mantuvieron reuniones secretas para evaluar un posible retraso de ocho semanas del Brexit para sumar voluntades y aprobar la legislación necesaria, según publicó hoy el diario británico The Telegraph.

De acuerdo con el citado medio, los miembros del gabinete de la primera ministra, Theresa May, buscan que la Unión Europea (UE) acepte un «periodo de gracia» de dos meses para los cambios legislativos de cara a materializar el Brexit.

La salida del Reino Unido con el bloque comunitario está prevista para el próximo 29 de marzo, fecha en la que automáticamente el país dejará la UE en virtud de la aplicación del Artículo 50 del

Tratado de Lisboa, a no ser que ambas partes acuerden una prórroga.

Un aplazamiento de ocho semanas supondría, señaló hoy The Telegraph, que finalmente el Brexit se produciría el 24 de mayo de 2019, casi tres años después del referéndum del 23 de junio de 2019 que sentenció el «divorcio» con Bruselas.

Varios ministros de May ya adelantaron en los últimos días la idea de posponer la fecha de salida, entre ellos el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt; el de Economía, Philip Hammond, y el de Comercio Internacional, Liam Fox.

De todas maneras, la primera ministra continúa determinada públicamente a no retrasar el Brexit y mañana se reunirá con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, en Bruselas para tratar de conseguir renegociar el acuerdo de salida.

La semana pasada, la Cámara de los Comunes instó a May a volver a la capital belga y convencer a la UE de que elimine la salvaguarda irlandesa incluida en ese documento para así aprobarlo en el Parlamento.

May recogió el guante a esta petición y está tratando de conseguir algún arreglo alternativo para la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda antes de su vuelta a Westminster, el próximo día 13 de febrero, cuando tendrá que comparecer de nuevo ante los diputados.