Manuel Merino, extitular del Congreso unicameral de Perú, asumió como presidente del país tras la destitución del mandatario Martín Vizcarra por «incapacidad moral» debido a un caso de presunta corrupción.

Merino se convirtió en el tercer presidente de Perú desde 2016, reflejo de la fragilidad institucional que caracteriza al país, y ratificó que «se respetará el cronograma electoral» que indica que habrá comicios el próximo 11 de abril.

El flamante presidente se reunió primero con los comandantes generales de las Fuerzas Armadas, quienes le expresaron su respaldo, y después recibió la banda presidencial de mano de Luis Valdez, que se convirtió en titular interino del Congreso.

En el inicio de la sesión, que comenzó a las 12:33 (hora de Argentina) tras certificar la existencia de quórum, se leyó el artículo 115 de la Constitución peruana que menciona la línea de sucesión presidencial y que legaliza al hasta ahora titular del Parlamento a reemplazar al jefe de Estado ante “un impedimento temporal o permanente”.

Afuera del Congreso, ubicado en el centro de Lima, hubo protestas contra la asunción de Merino y la policía acordonó el perímetro del edificio en el que funciona el órgano legislativo.

«Asumo con honor y alta responsabilidad el rol de la Presidencia. Es un momento difícil para el país. La población nos mira con expectativas y a la vez con preocupación», indicó Merino en su primer discurso como mandatario.

«Es innegable que enfrentamos una crisis y la tarea es que vamos a actuar con madurez», añadió.

Merino además indicó que el Congreso actuó «con el debido proceso» en la destitución de Vizcarra, en lo que fue el segundo juicio político en su contra en menos de dos meses, tras denuncias de que había recibido sobornos cuando era gobernador de la región sureña de Moquegua en 2014.

Vizcarra, que niega los cargos, descartó iniciar acciones legales para resistir la decisión del Parlamento y dijo que se marchaba de inmediato del Palacio de gobierno a su vivienda particular.

«Salgo del Palacio de Gobierno como entré hace dos años y ocho meses: con la frente en alto», declaró ante la prensa, rodeado de sus ministros, en el patio de la casa de Gobierno.

«Me voy con la conciencia tranquila y el deber cumplido», agregó Vizcarra, quien gozó de niveles récord de popularidad en sus 32 meses de gobierno, lo que se reflejó con marchas y cacerolazos en su apoyo en Lima y otras ciudades tras ser destituido, informó la agencia de noticias AFP.

La moción de destitución fue aprobada por 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones, superando ampliamente los 87 votos necesarios.

Merino, un político de bajo perfil y de 59 años que es casi desconocido para los peruanos, tomó las riendas del país hasta completar el mandato actual, el 28 de julio de 2021.

Ingeniero agrónomo y ganadero, Merino se hizo con un escaño en los comicios legislativos extraordinarios de enero, convocados por Vizcarra tras disolver constitucionalmente el Congreso el 30 de septiembre de 2019.

Su elección como jefe del Parlamento fue impulsada por la bancada de Acción Popular, el partido de centroderecha al que pertenece desde hace 41 años y primera minoría en el cámara.

Vizcarra tuvo un destino similar al de su predecesor, Pedro Pablo Kuczysnki (2016-2018), quien no pudo completar su mandato al verse forzado a dimitir por presiones del Parlamento.

Las acusaciones de corrupción no mellaron el alto apoyo ciudadano a este ingeniero provinciano de 57 años, sin partido ni bancada legislativa, que había asumido el poder tras la renuncia de Kuczynski, de quien era vicepresidente, el 23 de marzo de 2018.

La Fiscalía debería abrir una investigación a Vizcarra por las denuncias sobre los supuestos sobornos cuando era gobernador, ahora que perdió su inmunidad tras ser destituido.