La tensión entre México y Ecuador tuvo una escala sin precedentes en esta semana y acabó con un hecho inédito en la historia reciente que llevó al rompimiento de relaciones entre ambos países.

Cerca de la medianoche de este viernes, policías y militares ecuatorianos emprendieron un llamativo operativo alrededor de la embajada mexicana en Quito e ingresaron por la fuerza. Habían llegado para buscar al ex vicepresidente Jorge Glas, que se encontraba alojado allí desde 2023, y a quien México –tan sólo unas horas antes- había decidido otorgarle el estatus de asilado político.

“Ante la flagrante violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador, México anuncia el inmediato rompimiento de relaciones diplomáticas”, escribió en sus redes sociales la canciller mexicana, Alicia Bárcena.

 

Acto seguido, Bárcena también dio a conocer que México recurrirá a la Corte Internacional de Justicia «para denunciar la responsabilidad de Ecuador por violaciones al derecho internacional». Para el caso, según el artículo 22 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, las sedes diplomáticas en otros países «son inviolables».

México también pidió garantías necesarias para el abandono del personal mexicano de ese país.

Las imágenes de la policía y militares ecuatorianos rápidamente comenzaron a circular en las redes sociales en la noche del viernes. En videos se puede ver cómo se trepan a la pared y sacan personal diplomático que, como puede, intenta impedir que se lleven a Glas, pero no lo logran. A uno de los que se puede ver allí es al jefe de Cancillería y Asuntos Políticos, Roberto Canseco, que aún consternado habló ante la prensa.

 

«Me he golpeado contra el suelo -expresó mientras que con una mano se toma la cabeza- físicamente traté de impedir que entraran como delincuentes. Allanaron la embajada de México en Ecuador. Esto no es posible. No puede ser, es una locura», dijo con la voz que le temblaba.

Canseco, el viernes por la noche, manifestó su preocupación porque «pueden matarlo», señaló que no existen fundamentos para lo que hizo Ecuador y que lo hicieron porque «es una persona perseguida, como se puede constatar en la noche de hoy».

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LA RESPUESTA DE ECUADOR

Tras los gravísimos hechos, la Presidencia de Ecuador emitió un comunicado bajo el título «defendemos la soberanía nacional, cero impunidad». Si hay algo que caracteriza al actual gobierno del multimillonario Daniel Noboa es la mano dura a toda costa.

«El Gobierno nacional informa a la ciudadanía que Jorge Glas Espinel, condenado a la pena privativa de libertad por la justicia ecuatoriana, ha sido detenido esta noche y puesto a órdenes de las autoridades competentes», informaron, aunque no dieron a conocer el paradero del detenido hasta unas cuantas horas después.

Allí, además, reforzaron que «ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político. Jorge Glas ha sido condenado con sentencia ejecutoria y contaba con disposición de captura emitida por las autoridades competentes».

 

En realidad, lo que la Convención Universal de los Derechos Humanos plantea en su artículo 14 es que «en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo». Claro que es una interpretación, pero también es una tradición histórica por parte de México otorgar asilos y refugios políticos.

A entender de Ecuador, sobre Glas no puede otorgarse ese derecho por pesar sobre él «delitos comunes», tal está establecido en el artículo 1 de la Convención sobre Asilo Político de 1933, de la que ambos países son parte.

 

EL CONFLICTO ENTRE MÉXICO Y ECUADOR

Las tensiones entre ambos países comenzaron a escalar el pasado 4 de abril, cuando en su tradicional conferencia de prensa el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, opinó sobre cómo se dio el proceso de elecciones en el país sudamericano –en medio de una fuerte crisis de violencia y seguridad que obligó a Guillermo Lasso a dejar su mandato por la mitad- y cuando sostuvo que el magnicidio de uno de los candidatos -Fernando Villavicencio- afectó a la aspirante a la presidencia por parte del correísmo, Luiza González.

«Hubo elecciones en Ecuador, iba la candidata de las fuerzas progresistas como 10 puntos arriba, 10 puntos. Entonces, un candidato que habla mal de la candidata que va arriba de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae y el candidato que iba en segudo sube. Pero la candidata que queda después de este asesinato como sospechosa sigue haciendo campaña en circunstancias, considero, muy difíciles porque imagínense a todos los medios, porque ella sigue y sigue y sigue», manifestó López Obrador.

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La respuesta del Ministerio de Exteriores ecuatoriano llegó rápido y con la expulsión de la embajadora mexicana en ese territorio: declaró «persona non grata» a Raquel Serur y le dio 72 horas para que se retire del país.

México tampoco demoró en responder: decidió anunciar en ese mismo momento el otorgamiento de asilo político a Jorge Glas.