Decenas de miles de personas volvieron a salir a las calles este sábado en Alemania para defender la democracia y contra el partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), después de que se revelara una reunión secreta de miembros de esta agrupación con neonazis para discutir un plan para expulsar a millones de solicitantes de asilo y ciudadanos alemanes de origen extranjero.

Según la policía, unas 35.000 personas marcharon en Frankfurt bajo el lema «Defender la democracia», mientras varios miles de manifestantes se congregaron también en Erfurt, en el estado federado de Turingia.

En las protestas de Friburgo y Coblenza hubo unos 5.000 participantes en cada una y se esperan otras decenas de miles en manifestaciones por toda Alemania hasta este domingo por la noche.

Una manifestación en Hamburgo tuvo que ser disuelta el viernes último debido a la gran afluencia de participantes, que ocasionó problemas de seguridad.

Hubo personas que se desmayaron entre la multitud y los bomberos no pudieron pasar debido a la gran cantidad de personas, que las autoridades policiales cifraron en 50.000 y los organizadores en 80.000.

Las protestas callejeras fueron convocadas en especial por representantes de sindicatos, asociaciones civiles y los partidos Los Verdes y Socialdemócrata (SPD), ambos miembros del Gobierno federal.

El líder de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz, dijo que las manifestaciones en todo el país eran alentadoras.

«La mayoría ‘silenciosa’ alza la voz y demuestra que quiere vivir en un país abierto al mundo y libre», expresó desde Berlín.

El primer ministro del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wuest, también de la CDU, declaró, por su parte, que las manifestaciones multitudinarias demuestran que existe una «amplia alianza» en el centro de la sociedad.

Wuest volvió a reclamar esa «alianza de centro» en la política entre todos los partidos y en todos los niveles de gobierno y calificó a la AfD de «peligroso partido nazi».

Las protestas se desencadenaron a raíz de una información revelada la semana pasada por el medio de investigación Correctiv sobre una reunión desconocida hasta entonces que extremistas de derecha tuvieron el 25 de noviembre en Potsdam.

A la reunión asistieron varios políticos de la AfD, así como miembros de la CDU y de la muy conservadora agrupación Unión de Valores (Werteunion) a título individual.

Martin Sellner, exlíder del Movimiento Identitario de Austria, de ultraderecha, expuso allí sobre la cuestión de la «remigración», un término utilizado por los extremistas de derecha para referirse a la masiva salida del país de personas de origen extranjero, en general contra su voluntad.

El canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, comparó los planes de «remigración» de los extremistas con la ideología racial de los nazis.

«Si hay algo que nunca más debe tener cabida en Alemania es la ideología racista y populista de los nacionalsocialistas. Eso es lo que expresan los repulsivos planes de los extremistas», afirmó Scholz en un video.

La ministra del Interior, Nancy Faeser, expresó que la reunión de extremistas en Potsdam le recordaba a la Conferencia de Wannsee de altos cargos nazis, en la que se planificó el 20 de enero de 1942 el exterminio de hasta once millones de judíos europeos.

La ministra no quiso equiparar ambos eventos. «Pero lo que se esconde tras términos que suenan inofensivos, como ‘remigración’, es la idea de expulsar y deportar en masa a personas por su origen étnico o sus opiniones políticas», alertó.

Faeser se mostró escéptica sobre la posibilidad de iniciar un proceso de prohibición de la AfD, pero evaluó que «si la gente se pasa a un partido así, hay que hacer campaña para que regresen a los partidos democráticos».

En ese sentido, el comisionado contra el Antisemitismo del Gobierno alemán, Felix Klein, expresó su preocupación ante los altos índices de intención de voto de la AfD.

«Desgraciadamente, estamos asistiendo a una erosión de los valores democráticos, lo que me parece muy preocupante. El odio a los judíos prospera precisamente en este caldo de cultivo», declaró.

Klein hizo un llamamiento a los electores para que no votaran en contra de sus propios intereses: «Nuestra economía depende en gran medida del libre mercado, de que Alemania sea vista como un país cosmopolita».

Las primeras marchas tuvieron lugar el pasado domingo en Potsdam y Berlín, luego de que se conociera la reunión secreta. Entre las figuras centrales estaban Scholz y la titular de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock.