Un palestino murió durante la mañana de este jueves a manos de las fuerzas de seguridad israelíes en un campo de refugiados ubicado al sur de Belén, en los territorios ocupados de Cisjordania, informó el ministerio de Salud de Palestina.

Se trata del tercer palestino abatido en las últimas 24 horas por el ejército israelí, que desde hace varias semanas ha multiplicado sus operaciones tras una serie de ataques, algunos reivindicados por el grupo radical Estado Islámico, en los que murieron unas 15 personas.

Según el Ejército israelí, soldados que operaban este jueves en el campo de refugiados de Al Dheisha para detener a un palestino «sospechoso de actividades terroristas» recibieron lanzamientos de «artefactos explosivos y bloques de piedras».

Los militares respondieron disparando balas reales, informó la agencia de noticias AFP.

El fallecido fue identificado como Ayman Meisen, de 29 años, y otra persona resultó herida.

Los incidentes ocurrieron horas después de que otro palestino muriera en la localidad cisjordana de Yabad, cuando se enfrentó a los militares israelíes que acudieron a demoler una vivienda.

Fuentes citadas por la agencia de noticias palestina Wafa indicaron que un hombre murió tiroteado y otros seis resultaron heridos en el episodio en Yabad.

La víctima mortal fue identificada como Bilal Kabaha, de 24 años, informó la agencia de noticias Europa Press.

El Ejército israelí informó el Twitter que, «durante la operación de demolición, estallaron disturbios violentos» cuando «cientos de vándalos lanzaron piedras, incendiaron neumáticos y lanzaron cócteles molotov y explosivos contra las fuerzas de seguridad».

«Las tropas respondieron dispersando a los manifestantes y abriendo fuego contra personas armadas que dispararon contra ellas», informó el Ejército, que no registró víctimas entre sus filas.

Los militares habían ido al lugar para demoler la vivienda familiar de Diaa Hamarshe, fallecido en marzo tras matar a cinco personas en un ataque en la ciudad israelí de Bnei Brak

La vivienda familiar de Hamarshe fue finalmente demolida por las fuerzas de seguridad.

El primer ministro palestino, Mohamed Shtayyeh, dijo que la muerte de Kabaha es parte de «una operación sistemática de asesinatos por parte de los soldados de la ocupación» y criticó al primer ministro israelí, Naftali Bennett.

«(Bennett) ofrece la sangre del pueblo palestino como un soborno a extremistas israelíes para mantener la frágil coalición de su Gobierno en colapso», se quejó Shtayyeh, quien llamó a la comunidad internacional a poner fin al doble rasero y «aplicar sanciones a Israel».

La muerte de Kabaha fue la segunda perpetrada ayer por el ejército israelí.

Más temprano, una palestina que supuestamente intentó cometer un ataque con arma blanca en los alrededores del campo de refugiados de Al Arrub, al sur de Belén, fue abatida por militares israelíes tras recibir un impacto de bala en el pecho.

«Una terrorista armada con un cuchillo avanzó hacia un soldado que se encontraba garantizando la seguridad en la Ruta 60», escribió el Ejército de Israel Twitter y agregó que los militares «respondieron con fuego».

«No hay víctimas entre nuestras fuerzas. La terrorista fue neutralizada», afirmó, sin dar mas detalles.

El Ministerio de Salud palestino identificó a la mujer como Ghofran Uarasná, de 31 años.

La Media Luna Roja palestina denunció que las fuerzas israelíes presentes en la zona impidieron que los médicos se acercaran a la mujer hasta 20 minutos después de resultar herida.

Desde finales de marzo, una veintena de palestinos, en su mayoría civiles, murieron en esta serie de ataques en Israel, perpetrados por palestinos o por árabes israelíes.

Además, 35 palestinos fallecieron violentamente en Cisjordania, entre ellos presuntos milicianos pero también civiles, incluida Shireen Abu Akleh, la popular periodista de Al Jazeera que cubría una operación militar israelí.