El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, darán hoy juntos un mensaje de reconciliación en una visita inédita a Pearl Harbor, en Hawaii, aunque no habrá pedido de disculpas japonés por el mortífero ataque que hace 75 años forzó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

Abe, que llegó ayer al archipiélago estadounidense y fue recibido por el gobernador David Ige, depositó una corona de flores en un memorial de la isla de Oahu y otra en el National Memorial Cemetery of the Pacific, antes de emprender su histórico paso a la base Pearl Harbor junto a su par de Estados Unidos.

«El horror de la guerra nunca debe repetirse. Quisiera expresar esta promesa para el futuro y el valor de la reconciliación (entre Japón y Estados Unidos) junto al presidente Obama», dijo ayer antes de partir hacia Hawaii, donde los Obama están de vacaciones.

La visita de Abe tiene lugar 75 años después del ataque y su objetivo es subrayar la alianza entre ambos países.

Los bombardeos contra la base naval de Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, dieron a Estados Unidos el pasaporte de entrada a la Segunda Guerra Mundial, algo que inclinaría la balanza a favor de los Aliados y que signaría el destino de las Potencias del Eje: la Alemania nazi, la Italia fascista y el Imperio de Japón.

Esta visita tiene un tinte similar al encuentro de mayo pasado en Hiroshima, cuando Obama se transformó en el primer presidente estadounidense en pisar esa ciudad.

En esa oportunidad tampoco pidió perdón por la bomba atómica que Estados Unidos arrojó en 1945 que tuvo 140.000 víctimas fatales, incluidos los muertos por heridas relacionadas con la explosión.

En cambio, Obama ofreció un profundo discurso en el que reflexionó sobre la tragedia y rindió un homenaje a las víctimas.

Hoy, ambos homenajearán a víctimas y sobrevivientes del ataque sorpresa japonés.

Está previsto que visiten juntos el sitio conmemorativo USS Arizona Memorial, una enorme estructura blanca suspendida sobre los restos de un buque destrozado durante la batalla y después hablen ante militares, funcionarios, veteranos y sobrevivientes.

Según fuentes del gobierno japonés, Abe tampoco pedirá disculpas por el ataque sorpresa a la base, en el que murieron 2.403 estadounidenses.

Otros líderes japoneses estuvieron en Pearl Harbor tras el bombardeo, pero la de Abe será la visita más destacada porque será el primer gobernante nipón que entre al memorial en compañía de un presidente estadounidense en funciones y que rinda tributo a los caídos en la guerra.