El sistema de préstamos interbancarios casi explotó el martes 17, cuando las tasas de préstamos interbancarios (que por lo normal se mantienen a la tasa de la Reserva Federal, que estaba entre 2.0% y 2.25% el martes) explotó al 10% debido a la falta de liquidez en el mercado de bonos. Mientras que las tasas de interés se reducían a casi cero, o hasta negativas, los especuladores (conocidos eufemísticamente como los “inversionistas”) prefirieron especular en derivados en lugar de comprar bonos de bajos intereses.

Por primera vez desde el pánico de 2008 y 2009, la Reserva Federal inyectó más de $128 mil millones de dólares al sistema bancario para mantenerlo a flote, aunque esto quizás no sea suficiente para frenar el aluvión. Luego, como se esperaba, la Reserva Federal el miércoles 18 redujo las tasas federales en un cuarto de punto percentil, pero no pasó de las expectativas para o responder al pánico, es decir, no imprimió más “emisión cuantitativa”. Pero para impedir el crac inevitable se va a necesitar más papel, y el Presidente Trump se lo ha pedido a la Reserva Federal, pero nada que no sea la reorganización de todo el sistema bancario al estilo de la ley Glass Steagall, puede resolver el problema.

A esto se agrega el peligro de guerra. El secretario de Estado, Mike Pompeo está en Arabia Saudita, en donde algunos funcionarios, estadounidenses y saudíes, tratan de culpar a Irán del ataque a las instalaciones petroleros de la Aramco. El Presidente Trump ha insistido en que quiere evitar una guerra, que hay “otras opciones”, y anunció solo que se impondrán nuevas sanciones a Irán.

Mientras tanto, la situación política interna en el Reino Unido y en Israel está llegando a una crisis terminal. El primer ministro Benjamin Netanyahu no logró obtener una mayoría en la repetición de las elecciones nacionales del martes, ni tampoco su principal oponente, Benny Gantz, sacó los números necesarios para formar un gobierno. En el Reino Unido, la Corte Suprema está realizando audiencias sobre dos demandas contra el primer ministro Boris Johnson, a quien acusan de mentir a la reina, nada menos, sobre sus intenciones para suspender el Parlamento. La suerte del Brexit (una ruptura acordada o sin acuerdo con la Unión Europea) todavía está en al aire mientras que se acerca el plazo del 31 de octubre.

Fuente: larouchepac.com

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