El presidente de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró este miércoles que la hipótesis de “solución” para el conflicto entre Palestina e Israel, presentada un día antes por el Jefe de Estado norteamericano, Donald Trump, ignora y bloquea los derechos palestinos.

Según consignó la agencia Anadolu, el mandatario turco consideró a Jerusalén como “sagrada” para los musulmanes, lo que vuelve la propuesta de Trump, a la vez de un intento de “legitimar” la ocupación israelí en la región, imposible de “ser aceptable”.

Con anterioridad, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores del país euroasiático habían calificado la iniciativa como “un plan de anexión que tiene como objetivo matar la solución de dos Estados y robar tierras palestinas” por lo cual “nació muerta”.

 Acuerdo del siglo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó esta semana junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, un plan de paz que propone una nueva versión de la solución de dos Estados: uno israelí más grande que incluya a parte de Cisjordania y legalice Jerusalén como su capital y otro palestino fragmentado, con enclaves israelíes y con soberanía limitada en materia de seguridad.

«El mapa que sugerimos duplicará el territorio de los palestinos, con una capital en Jerusalén este, donde Estados Unidos abrirá orgullosamente una embajada», afirmó Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca y agregó: «Ningún israelí ni palestino tendrá que abandonar su hogar».

A su lado, Netanyahu apoyó el plan sin dudarlo.

«Señor presidente, debido a este reconocimiento histórico y porque creo que su plan de paz logra el equilibrio correcto que otros planes no habían conseguido, acordé negociar la paz con los palestinos sobre la base de su plan de paz”, anunció el premier israelí.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), el único gobierno reconocido internacionalmente, no estuvo presente en el anuncio y, según admitió la Casa Blanca en los últimos días, no fue parte de la elaboración del plan.

El texto que publicó la Casa Blanca propone que «una Jerusalén indivisible» sea la capital del Estado de Israel, mientras los barrios de Jerusalén este Kafr Aqab y una parte de Shuafat y el distrito vecino de Abu Dis, en Cisjordania, se conviertan en la capital del futuro Estado de Palestina, «que podría llamarse Al Quds», el nombre en árabe para Jerusalén.

Pese a la ambigüedad del anuncio de Trump, el texto es claro: «Jerusalén seguirá siendo la capital soberana del Estado de Israel y seguirá siendo una ciudad indivisible».

Reacciones

La mayor concesión que haría Israel, según el texto, es congelar la expansión de sus colonias en Cisjordania durante cuatro años, mientras negocien los detalles del plan propuesto por Estados Unidos con los líderes palestinos.

Sin embargo, tras las denuncias de extrema parcialidad que hicieron los dirigentes palestinos, nada parece indicar que el plan presentado por Trump reactivará una negociación de paz entre Abbas y Netanyahu.

Mientras las protestas palestinas crecían en la Franja de Gaza, Ramallah y la capital jordana Amán, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, el mismo que se negó a conversar por teléfono con Trump en las últimas semanas, rechazó el plan.

«Jerusalén no está en venta y nuestros derechos no se canjean; el liderazgo palestino apoya a las masas palestinas que protestan y se oponen al ‘Acuerdo del siglo’; eso no pasará. Estos son momentos decisivos», advirtió Abbas, según la agencia de noticias palestina Wafa, en referencia a la promesa de Estados Unidos de «facilitar» 50.000 millones de dólares en inversiones a Palestina si acepta el plan y firma un acuerdo de paz.

Los palestinos buscan toda Cisjordania y Jerusalén oriental, áreas capturadas por Israel en la guerra de Oriente Medio de 1967, por un estado independiente y la eliminación de más de 700,000 colonos israelíes de estas áreas.

En ese sentido, el secretario general de la ONU, António Guterres, señaló que seguirá defendiendo una solución al conflicto palestino-israelí que pase por la creación de dos Estados basados en las fronteras previas a 1967.

El canciller jordano, Ayman Safadi, afirmó en un comunicado que Jordania «quiere una paz completa, real y justa sobre la base de la solución de los dos Estados que ponga fin a la ocupación israelí que comenzó en 1967» de buena parte de los territorios palestinos, incluida la parte oriental de Jerusalén, anexionada en 1980.

En tanto, Egipto, el primer país árabe en alcanzar un acuerdo de paz con Israel, instó a israelíes y palestinos a estudiar cuidadosamente el plan.

«Egipto llama a las dos partes relevantes a llevar a cabo una consideración cuidadosa y a fondo de la visión de Estados Unidos para conseguir la paz y abrir los canales del diálogo, bajo el auspicio de Estados Unidos, con el objetivo de reanudar las negociaciones», indicó la Cancillería egipcia en un comunicado.

Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Ahmed Aboul Gheit, dijo que el plan de paz para Oriente Medio anunciado ayer por el presidente estadounidense, Donald Trump, viola los derechos de los palestinos y que muchas de las ideas que plantea la ‘hoja de ruta’ elaborada por Estados Unidos son «inaceptables».