El Partido Laborista británico pidió este jueves al primer ministro y líder conservador, Boris Johnson, que explique quién pagó sus vacaciones de 15.000 libras (unos 19.500 dólares) en una exclusiva isla del Caribe en Año Nuevo junto a su pareja.

Según registros parlamentarios, el costo del alojamiento para el primer ministro y su pareja Carrie Symonds fue cubierto por David Ross, un empresario dueño de la cadena minorista de telefonía móvil Carphone Warehouse y contribuyente conservador.

En el registro llenado por Johnson, que también es diputado, el premier escribió que Ross le donó alojamiento «para unas vacaciones privadas para mí y mi pareja, valuadas en 15,000 libras».

Pero un portavoz de Ross negó al diario Daily Mail que el empresario haya pagado la estancia y afirmó que sólo ayudó a Johnson a conseguir alojamiento en Mustique, una exclusiva isla de las Antillas, donde estaba todo ocupado.

«David llamó a la compañía que administra todas las residencias de vacaciones y justo alguien había cancelado su reserva. Así que Boris pudo usar el alojamiento por valor de 15.000 libras, pero David Ross no pagó ningún dinero en absoluto», aseguró.

El diputado laborista Jon Trickett sostuvo que el primer ministro «debe aclarar» de dónde salió el dinero, agregando que si no lo hace, el organismo de control del Parlamento deberá abrir una investigación.

«El pueblo merece saber quién paga por las vacaciones de su primer ministro», agregó Trickett.

En tanto, un portavoz de Downing Street, la residencia oficial del premier, aseguró que se siguieron todos los protocolos de transparencia fijados en el reglamento de los miembros del Parlamento.

El jefe de gobierno se fue de vacaciones a San Vicente y las Granadinas entre el 26 de diciembre y el 5 de enero de 2020.

Ya por entonces enfrentó fuertes críticas por no cortar sus vacaciones y regresar al Reino Unido luego de que el asesinato del general iraní Qasem Soleimani por parte de Estados Unidos aumentara las tensiones en Medio Oriente.

No es la primera vez

Este está lejos de ser el primer escándalo del polémico líder conservador.

En 2019 fue acusado de usar su posición como alcalde de Londres para otorgar fondos públicos y acceso a viajes al extranjero a la empresaria de tecnología y ex modelo Jennifer Arcuri.

En diciembre de 2018 tuvo que pedir disculpas en el Parlamento por haber declarado tarde 52.000 libras de ingresos por los derechos de una novela que escribió.