En recientes declaraciones a la prensa, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, afirmó sin rodeos que «el actual gobierno estadounidense ha estado buscando una ‘política de tierra arrasada’ en las relaciones bilaterales».

Esas declaraciones se compadecen con las efectuadas en una entrevista para el programa dominical de la cadena de TV NBC MeetthePress, donde el vicepresidente de Estados Unidos, JoeBiden, dijo que «le estamos enviando un mensaje» al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y «que será en el momento que nosotros escojamos, y bajo las circunstancias que tendrá el mayor de los impactos», de acuerdo a los extractos de la entrevista que la NBC dio a conocer por adelantado. Cuando le preguntaron si el público estadounidense sabrá que se ha enviado un mensaje, Biden respondió, «espero que no». Dijo también que no está preocupado en cuanto a si los estadounidenses dudan del resultado de la votación del próximo 8 de noviembre, porque Rusia no tiene la capacidad para «alterar las elecciones en lo fundamental».

Detrás de las amenazas

Un artículo que publicó la NBC el 14 de octubre, titulado «La CIA prepara un posible ataque cibernético contra Rusia», completa lo que hay detrás de las amenazas de Biden. El informe exclusivo cita a funcionarios anónimos de los servicios de inteligencia estadounidenses quienes afirman que «el gobierno de Obama tiene contemplada una acción cibernética secreta, sin precedente en contra de Rusia, como represalia por la presunta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos».

La NBC informó que a la CIA se le dio la tarea de preparar las opciones para llevar a cabo el diseño de una operación clandestina cibernética de amplio alcance, diseñada para «avergonzar» y «hostigar» a los líderes del Kremlin. Sacaron de nuevo al almirante retirado James Stavidris para que dijera que Estados Unidos podría «dar a conocer los negocios financieros de Putin y sus socios», tales como transferencias de dinero a paraísos fiscales.