Casi como una recreación del (al menos) cuestionable papel de Hillary Clinton en el triste desenlace de Libia, Mike Pompeo, actual secretario de Estado de Estados Unidos, advirtió este viernes a su par ruso, Sergey Lavrov, por la escalada de la tensión en aras de un conflicto, a raíz del apoyo de Rusia a Venezuela, a la vez que le anunció a medios de comunicación norteamericanos el despliegue de tropas militares a Venezuela si Nicolás Maduro, presidente venezolano, no es derrocado, en lo que representa un real cambio sobre lo planteado hasta ahora, sintetizado en la frase “todas las opciones están en la mesa”.

Los dichos de Pompeo se conjugan con las últimas decisiones del Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, que buscan empujar a Venezuela no hacia un nuevo gobierno, sino hacia una desintegración final que podría resultar caótica.

De seguir en este camino, es esperable que creen una “Libia” en Occidente, algo que alteraría las estrategias geopolíticas globales, con el “amague” de la intervención militar de Estados Unidos, mientras el terrorismo extiende sus tentáculos por toda la región y la ola de refugiados que abandonan Venezuela mute hacia un fenónemo más catastrófico.

Esta política británica, considerada por algunos “demente”, tiene un ostensible objetivo: dañar de muerte al gobierno de Donald Trump, así como dinamitar la estabilidad política de la región.

Pompeo señaló a Rusia como la causa del fracaso de la rebelión militar del martes 30 de abril, en contra de Maduro, comandada por Juan Guaidó, “presidente” (autoproclamado) de Venezuela para Bolton.

El funcionario estadounidense afirmó que Maduro estaba listo para embarcar en un avión hacia Cuba, hasta que, según dijo, “Rusia lo detuvo” y evitó que dejara el país, una declaración por lo menos tendenciosa que fue repetida en muchos los medios, y que naturalmente Rusia desestimó.

También Pompeo se comunicó telefónicamente con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, y según comunicó el Departamento de Estado, le recalcó que “la intervención de parte de Rusia y Cuba está desestabilizando a Venezuela, y a las relaciones bilaterales de Estados Unidos y Rusia”.

Lavrov contestó que “la intervención de Washington en los asuntos internos de un Estado soberano y las amenazas en contra de su gobierno son las violaciones más flagrantes al derecho internacional”, acorde a lo informado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

“Es posible una intervención militar. Si es eso lo que se requiere, eso es lo que Estados Unidos va a hacer”, declaró Pompeo en Fox News. “Preferimos una transición pacífica del gobierno [en ese país]… sin embargo el Presidente lo ha dejado muy en claro que en caso de que llegue el momento (y todos tendremos que tomar la decisión de cuándo es ese momento, y quien tomará la decisión definitiva será el Presidente) él está preparado para hacerlo, si eso es necesario”.

Algunos dentro de la estructura estatal estadounidense advierten el riesgo de alimentar estas posiciones, como es el caso del Coronel (R) Pat Lang, quien atacó al “dúo” (Bolton y Pompeo) en su blog Sic Semper Tyrannis.

“El intento de presentar al gobierno comunista de Venezuela como un puente de enlace en el hemisferio occidental es absurdo”, escribió, y “no existe evidencia alguna de que el primero en su clase (Pompeo) y el ‘bigotudo’ (Bolton) hayan persuadido al comandante en jefe para comprometer el apoyo militar de Estados Unidos de ningún modo (énfasis dado por él) al proyecto de cambio de régimen en Venezuela”.