El papa Francisco calificó hoy de «preocupante» el «aumento» de la cantidad de jóvenes niñas y mujeres que «se ven forzadas a ganarse la vida vendiendo sus cuerpos en las calles» y «alimentan la criminalidad de la trata de personas».

«Es preocupante ver el aumento del número de jóvenes niñas y mujeres que se ven forzadas a ganarse la vida vendiendo sus cuerpos en las calles, víctimas de explotación por organizaciones criminales y a veces por sus padres y miembros de sus familias», denunció el pontífice en un mensaje a participantes en un simposio organizado por el Pontificio Consejo de la Pastoral para los migrantes e itinerantes.

«Es una realidad vergonzante en nuestras sociedades, que se precia de ser moderna y poseer altos niveles de cultura y desarrollo», criticó el obispo de Roma durante su mensaje en la Sala Clementina del palacio Apostólico del Vaticano.

«La corrupción y la búsqueda de ganancias a toda costa privan a los inocentes y a los más débiles de la posibilidad de una vida digna, alimentan la criminalidad de la trata de personas y otras injusticias. Nadie puede mantenerse quieto ante la apremiante necesidad de salvaguardar la dignidad de las mujeres amenazadas por factores económicos y culturales», pidió Francisco.

En esa línea, Jorge Bergoglio aseveró que «los chicos y mujeres de la calle no son números o paquetes que ser comercializados: son seres humanos, cada uno con su propio nombre y cara, cada uno con una identidad dada por Dios».