El presidente Vladimir Putin negó hoy, ante una pregunta de su colega estadounidense Donald Trump – en el primer encuentro de ambos cara a cara, durante la cumbre del G20 en Hamburgo – que Rusia se haya entrometido en las elecciones de Estados Unidos de 2016, y pidió «pruebas».

Así lo informó el secretario de estado norteamericano, Rex Tillerson, quien subrayó que Trump decidió abrir el encuentro con esa pregunta -un reclamo casi constante de los legisladores estadounidenses de ambos partidos- para poder avanzar en otras cuestiones.

Según su versión, Trump expresó las «preocupaciones del pueblo estadounidense» sobre la posibilidad de que Moscú intentara afectar el resultado de las elecciones del año pasado con filtraciones, una acusación que Putin negó y pidió «pruebas» que la sostengan.

«Conectaron muy rápido» y mostraron una «muy clara y positiva química», aseguró en una rueda de prensa Tillerson, tras la reunión entre ambos mandatarios que, programada para 35 minutos, terminó durando dos horas y cuarto.

La coordinación entre el equipo de campaña de Trump y los rusos para perjudicar a Hillary Clinton, la rival del republicano en las elecciones presidenciales de noviembre pasado, es algo que los servicios de inteligencia de Estados Unidos consideran probado.

Sin embargo, Trump evitó hablar del asunto, conocido en su país como «Rusiagate».

Hace dos semanas, en una se sus primeras menciones, el mandatario aseguró que su antecesor, Barack Obama, sabía que Rusia estaba intentando realizar ataques cibernéticos y no había hecho nada porque creía que ganaría la candidata de su partido.

También dijo que probablemente Rusia se había entrometido, como también podrían haberlo hecho otros países.

Para Tillerson, en su encuentro con Putin, Trump intentó dejar atrás un tema que en este momento «puede ser un desacuerdo intratable».

Las declaraciones de Tillerson provocaron la reacción inmediata del liderazgo demócrata, que subrayó que Trump tenía «la obligación de plantear» la injerencia electoral rusa en Estados Unidos al tiempo que criticó que el secretario de Estado quiera dejar atrás el asunto.

«Que el secretario de Estado Tillerson diga que esta cuestión seguirá sin resolver es vergonzoso. Dar igual credibilidad a las conclusiones de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos que a la afirmación de Putin es un grave abandono del deber y solo alentará a Rusia a interferir aún más en nuestra elecciones en el futuro», aseveró el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.

En otra rueda de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, aseguró que Trump aceptó las garantías de Putin de que Rusia no se inmiscuyó en las elecciones estadounidenses, aunque no hizo mención al pedido de pruebas.

Tanto Tillerson como Lavrov subrayaron que ambos mandatarios coincidieron en que el Rusiagate debe quedar atrás para poder avanzar en otras cuestiones, entre ellas la guerra en Siria, donde los dos países están involucrados para frenar al grupo radical Estado Islámico (EI), aunque apoyan a bandos contrarios.

En ese sentido, revelaron que acordaron un cese el fuego para el suroeste de Siria, que entrará en vigor el próximo domingo al mediodía hora local (las 18 de Argentina).

Expertos de Rusia, Estados Unidos y Jordania concluyeron su trabajo en Amman y «han consensuado un memorándum sobre la creación de una zona de distensión en el suroeste de Siria, en las zonas de Daraa, Al Quneitra y As-Suwayda», explicó Lavrov, citado por la agencia de noticias EFE.

Lavrov detalló que Trump y Putin sellaron un memorando de entendimiento, en el que también está involucrada Jordania, con interés en respetar la «soberanía» de Siria y de hacer avanzar el proceso hacia un «acuerdo político».

Agregó que la policía militar rusa será la encargada de supervisar el cumplimiento del alto el fuego, con un centro de vigilancia instalado en Jordania.

Sin embargo, Tillerson aseguró que los detalles del acuerdo todavía no se discutieron.

Por otro lado, reiteró que la posición de Estados Unidos es que el líder sirio, Bashar al Assad, debe abandonar el poder si quiere poner fin a la guerra civil que lleva seis años desangrando a la nación árabe.

En el encuentro, los mandatarios también abordaron el conflicto en el este de Ucrania, donde dos bandos, uno pro ruso y otro pro Unión Europea, se enfrentan por el control del territorio.

Ambos líderes acordaron abrir con «canal bilateral» entre Moscú y Washington para abordar el conflicto en la ex república soviética, así como también intentar relanzar el proceso de paz iniciado con el Acuerdo de Minsk.

La reunión entre Trump y Putin se produjo un día después de que el estadounidense diera un discurso en Varsovia en el que instó a Rusia a unirse a la comunidad de países «responsables», abandonar las «actividades desestabilizadoras» en Ucrania y unirse a la coalición internacional que lucha contra el EI en lugar de seguir apoyando a los «regímenes hostiles» de Irán y Siria.

Ni el secretario de Estado norteamericano ni su homólogo ruso se refirieron en sus declaraciones a la lucha contra el cambio climático o a alguno de los puntos de la agenda del G20, que este año coordina Alemania.

La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció hoy que aún se estaba negociando entre las delegaciones el texto del comunicado final de la cumbre, ya que entre ellos persisten grandes diferencias.