La primera ministra británica, Theresa May, reclamó que se revise la legislación antiterrorista por considerar que hay «demasiada tolerancia hacia el extremismo» en el Reino Unido, al ratificar hoy las elecciones del 8 de junio próximo a pesar de los dos ataques terroristas que causaron siete muertos y 48 heridos en Londres.

«Es el momento de decir basta, es suficiente. Cuando se trata de combatir el extremismo las cosas tienen que cambiar», afirmó May en una conferencia de prensa posterior a la reunión del Comité Cobre, el máximo órgano de seguridad nacional.

La declaración refleja un notable endurecimiento de la posición de la primera ministra como consecuencia de los ataques perpetrados en la noche del sábado en el Puente de Londres y en el mercado de Borough, ambos considerados «atentados terroristas», que provocaran 10 muertos, entre ellos los 3 atacantes, y 48 heridos, alguno de gravedad.

La jefa de Estado se mostró partidaria de tomar nuevas medidas, en especial para combatir la difusión de ideologías extremistas en la internet, al asegurar que la policía cuenta con las capacidades necesarias para combatir la amenaza terrorista y establecer penas más duras para algunos delitos.

«Derrotar a esa ideología es uno de los grandes retos de nuestro tiempo, pero no se puede hacer tan solo con intervenciones militares», afirmó la líder conservadora que fijó como una prioridad «regular el ciberespacio».

«El ciberespacio ofrece a los terroristas un refugio para sus planes y hay que impedirlo» indicó.

«Debemos hacernos más robustos a la hora de identificar y señalar (al extremismo), tanto en el sector público como en el sector privado. Eso requerirá en ocasiones mantener algunas conversaciones difíciles, en ocasiones embarazosas, pero el país necesita actuar unido luchar contra este extremismo», anticipó en relación a lo que podrá ser el futuro debate sobre el endurecimiento de procedimientos de control.

Además, esgrimió que es necesario revisar la estrategia antiterrorista en el Reino Unido para asegurarse que la policía y los servicios de seguridad cuentan con los «poderes» que requieren para actuar de forma efectiva.

Durante las últimas semanas, en la recta final de las elecciones del 8 de junio, los conservadores cargaron contra el candidato opositor laborista Jeremy Corbyn, quien viene escalando en la intención de votos luego de vincular los últimos ataques yihadistas con la política exterior del gobierno británico.

La propia May acusó a Corbyn de no estar «preparado para tomar medidas contra los terroristas, ni para dar a la Policía lo que necesita para mantenernos a salvo, ni está preparado para tomar una sola decisión difícil por el bien de nuestra economía».

En consonancia con la decisión de los principales partidos británicos, que después de conocer los ataques decidieron suspender los actos proselitistas, durante la conferencia de prensa en Downing Street, su residencia oficial, May acompañó esa decisión e informó que mañana lunes se volverán a poner en marcha las actividades de campaña y ratificó que las elecciones se realizarán el jueves, tal como estaba previsto.

El líder del Partido Laborista ya había anticipado la suspensión de sus actividades de campaña y declaró que «todos estamos sorprendidos y horrorizados por los brutales ataques en Londres. Mis pensamientos están con las familias y amigos de los que han muerto y de los muchos que han resultado heridos. Hoy, todos vamos a llorar por su pérdida».

Anoche, pasadas las 22 hora local, un vehículo se subió a una de las veredas del Puente de Londres y atropelló a los transeúntes, para luego dirigirse hacia el concurrido mercado de Borough, donde tres hombres descendieron del vehículo y comenzaron a apuñalar indiscriminadamente a las personas que estaba en el lugar, muy concurrido por sus restaurantes y bares.

Simultáneamente a estos ataques, hubo otro hecho violento con arma blanca en el barrio de Vauxhall, en el sur de Londres, pero posteriormente la policía desestimó que el caso estuviera relacionado con los otros dos «incidentes terroristas» ocurridos en el centro londinense.

La policía británica elevó hoy a siete la cifra de víctimas mortales en los dos ataques, mientras que los heridos ascendieron a 48.

La comisaria de la policía británica Cressida Dick, en tanto, confirmó que los tres sospechosos de llevar a cabo los ataques fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.

Los atentados del sábado se suman a otros dos que sacudieron el Reino Unido en los últimos meses y que según la primer ministra británica, no están relacionados.

May precisó hoy que desde el ataque cometido en marzo las fuerzas de seguridad y las agencias de inteligencia han desarticulado cinco conspiraciones radicales.

En marzo, con una metodología similar a la utilizada en el Puente de Londres, Khalid Masood, un ciudadano británico de 52 años, mató a cinco personas en un ataque frente al Parlamento cuando atropelló a una multitud y apuñaló a un policía.

Hace casi dos semanas, el atacante suicida Salman Abedi, se inmoló al finalizar el concierto de la cantante Ariana Grande y mató a 22 personas.