El primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, anunció su renuncia junto a la de todo el gabinete de Vladimnir Putin en un comunicado que se difundió por la televisión estatal de ese país.

El presidente, en tanto, agradeció a los salientes funcionarios su trabajo, pero agregó que «no todo funcionó».

El anuncio se produjo después de que Putin propusiera enmiendas constitucionales que debilitarían a su sucesor y le darían el poder al primer ministro y al parlamento.

Los críticos de Putin sugirieron que está considerando varios escenarios para permanecer en el poder después de 2024, incluida la opción de convertirse en primer ministro con poderes extendidos.

En 2008, Putin cambió de lugar con el primer ministro para eludir la disposición constitucional que prohíbe a la misma persona cumplir dos mandatos consecutivos.

El renunciante Medvedev explicó que el gabinete renunciaba para allanar el camino a las reformas propuestas por el Putin.

«El presidente describió una serie de cambios fundamentales en la constitución, cambios significativos no solo en una serie de artículos, sino también en el equilibrio del poder en su conjunto», sostuvo el ahora ex primer ministro ruso.

Medvedev agregó que «en este contexto, es obvio que nosotros, como gobierno deberíamos brindarle al presidente de nuestro país la oportunidad de tomar todas las decisiones necesarias para esto».

Los anuncios de Putin

Más temprano, en su discurso sobre el estado de la nación, Putin propuso una serie de enmiendas a la Constitución para que sea el Congreso el que nombre al primer ministro y a los miembros del gabinete, una atribución que actualmente corresponde al Presidente.

Sin embargo, horas después el nombre de Mijail Mishustin, un economista y tecnócrata de 53 años que trabajó toda su carrera en la administración pública, suena como candidato a primer ministro propuesto por Putin y, en caso de recibir mañana la aprobación de la Duma (cámara baja del Parlamento), se convertirá en el décimo tercer primer ministro de la historia de la Federación Rusa desde 1991, informó la agencia EFE.

Es también considerado un amante de las nuevas tecnologías, lo que se corresponde con los planes de Putin de digitalizar la gestión estatal.

Entre otros anuncios realizados este miércoles por el mandatario, se encuentra el aumento del «papel del Parlamento y los partidos parlamentarios, los poderes y la independencia del primer ministro», aunque la Presidencia conservará su derecho de destituir al primer ministro y a los miembros del gabinete.

También podrá seguir nombrando a los funcionarios de Defensa y Seguridad y estará a cargo de las fuerzas armadas, agregó Putin en un discurso de 80 minutos en el que aclaró que los cambios constitucionales serán sometidos a un referéndum.

El ex agente de la KGB, de 67 años, ha manejado los hilos del país durante más de 20 años, por lo que las élites políticas rusas han estado especulando sobre sus planes a futuro.

Con los cambios propuestos, deberá renunciar a un nuevo mandato, dado que la nueva ley limita el mandato presidencial a dos mandatos consecutivos.

El líder opositor ruso Alexei Navalny cree que la intención de Putin es mantener su poder después una vez que finalice su mandato en 2024.

«El único objetivo de Putin y su régimen es mantenerse a cargo de por vida, teniendo a todo el país como su activo personal y confiscando sus riquezas para él y sus amigos», escribió Navalny en Twitter.

Putin tuvo dos mandatos consecutivos entre 2000 y 2008 y ocupó el asiento de primer ministro hasta el 2012, mientras su fiel aliado Medvedev le cuidaba el lugar y le aseguraba una permanencia más extensa, al alargar de cuatro a seis años el mandato presidencial.

En 2012, Putin volvió a ganar las elecciones presidenciales y renovó su mandato con comodidad en las elecciones de 2018.

Algunos analistas rusos especulan con que Putin podría estar apuntando a ocupar por segunda vez el asiento de primer ministro en 2024, después de reforzar los poderes del Parlamento y el Gabinete y de debilitar la autoridad presidencial.

Otros sostienen que los cambios apuntarían a mantener su poder como jefe del Consejo de Seguridad presidencial, un órgano consultivo encabezado por el Presidente y con representantes de todas las regiones rusas.

Dicho órgano tiene un papel meramente ceremonial pero podría cobrar relevancia con nuevos poderes; un papel similar al que ocupa en Kazakjistán Nursultán Nazarbáyev, quien renunció a la Presidencia pero sigue decidiendo sobre cuestiones claves.

Putin también pretende endurecer los requisitos para presentarse a la Presidencia y a los liderazgos regionales con un veto a las personas que hayan vivido los últimos 25 años en el extranjero o hayan tenido otra nacionalidad o permiso de residencia en otro país.

Además, subrayó que entre las modificaciones se pondrá énfasis en que la Constitución tenga una prioridad clara frente a los tratados internacionales.

Por último, el líder ruso dijo que Moscú estará abierta a cooperar con todos los países del mundo mientras mantiene una fuerte capacidad de defensa.

«Por primera vez en la historia, no estamos tratando de alcanzar a nadie. Por el contrario, otras naciones líderes aún no han desarrollado las armas que Rusia ya tiene», aseguró.