El gobierno ruso advirtió hoy que las sucesivas medidas adoptadas contra el país por parte de Estados Unidos «amenazan no solo las relaciones bilaterales, sino también la seguridad internacional».

«La Administración (de EEUU) sigue destruyendo las relaciones bilaterales, quizás sin plantearse siquiera las consecuencias no sólo para nuestros dos países, sino para la seguridad internacional en general», dijo en rueda de prensa Yuri Ushakov, asesor del presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Las declaraciones se producen un día después de que Washington ordenó a Moscú que cierre hoy a más tardar su consulado en San Francisco y dos anexos diplomáticos, entre ellos la oficina comercial de la embajada rusa en Estados Unidos, una orden que «arrincona aún más las relaciones bilaterales», según agregó Ushakov, citado por la agencia de noticias EFE.

El cierre de la oficina comercial constituye «una señal de que, en lugar de desarrollar las relaciones económicas, quieren hundirlas», se lamentó el ruso, que calificó además de «inexplicable» que la Casa Blanca le diera menos de dos días a los diplomáticos rusos para el cierre de tres dependencias.

Por otro lado, el asesor de Putin, uno de los hombres más cercanos al presidente ruso, afirmó que Moscú pensará «con tranquilidad cómo responder» a las últimas acciones de Washington, y dio a entender que el Kremlin podría incluso abstenerse de reaccionar.

«En cierta medida, no nos apetece entrar en el juego, porque alguien tiene que ser razonable y detenerse», dijo al respecto.

El Gobierno estadounidense decretó ayer el cierre del Consulado de Rusia en San Francisco y dos anexos diplomáticos, uno en Washington y otro en Nueva York, en respuesta a la orden que Moscú dio en julio de reducir la presencia diplomática estadounidense en su territorio.

Rusia, a su ver, ordenó la reducción de diplomáticos de Estados Unidos en Rusia en respuesta al nuevo paquete de sanciones económicas aprobadas por el Congreso recientemente contra Rusia por su supuesta injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016.

La ley, adoptada a finales de julio por Washington, fortalece las sanciones contra Rusia y limita la capacidad del presidente estadounidense, Donald Trump, de levantarlas sin el visto bueno del Congreso.

En represalia, Rusia ordenó al Gobierno estadounidense que a partir del 1 de septiembre reduzca en 755 personas el número de diplomáticos y personal técnico que trabaja en su embajada en Moscú y en los consulados de San Petersburgo y otras ciudades, hasta el mismo número del personal diplomático que Rusia tiene en Estados Unidos.