En respuesta al ultimátum que planteó el secretario general de la OTAN, Jans Stoltenberg, el pasado martes 25 de junio, de que Rusia debe destruir en un plazo de cinco semanas sus misiles crucero 9M729 (la OTAN los designa como SSC-8) porque supuestamente violan el Tratado INF (fuerzas nucleares de alcance intermedio) o si no, la OTAN tomará contramedidas, el subsecretario de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, le dijo a los periodistas airadamente en Moscú, el miércoles 26, que Moscú se verá forzada a tomar “medidas militares compensatorias”, en caso de que la OTAN cumpla con sus amenazas.

“La pretensión de presentar lo que sucede como respuesta militar y política a las acciones de Rusia, huelen a una campaña propagandística con un gran elemento de desinformación deliberada para atiborrar a la opinión pública mundial”, dio Ryabkov, según informó la agencia TASS. “Cuando esas amenazas se comiencen a materializar en acciones reales, tendremos que tomar medidas militares compensatorias”.

Durante los últimos años, los Estados miembros de la OTAN han adoptado una ideología de dos vías en sus relaciones con Rusia: Por un lado, con medidas de contención, y al mismo tiempo, llevando a cabo un diálogo sobre las cuestiones que la OTAN quiere discutir. Rusia tendrá un enfoque similar, destacó Ryabkov. “Vamos a contener los plantes agresivos de la OTAN, los vamos a mesurar y adoptaremos un enfoque muy selectivo para dialogar con la alianza, cosa que promueven los Estados miembros de esta organización”.