Un cable de la agencia de noticias Sputnik, fechado en Tel Aviv, señala que la abstención de Israel de unirse a las campañas occidentales de presión sobre Rusia, originó el crecimiento del comercio ruso-israelí y convirtió al Estado judío, que posee altas tecnologías, en un importante socio comercial de Moscú.

Agrega el cable que gracias a la posición que mantiene Israel, no tuvo que afrontar las sanciones de respuesta introducidas por Rusia hace cuatro años, que se mantienen hasta ahora en forma del embargo sobre las importaciones de sus productos agrícolas y alimentos.

Se pregunta luego ¿por qué Israel no se suma a las sanciones contra Rusia?.

«Cuando Rusia proclamó la política de sustitución de importaciones, esta medida no afectó a Israel, sino al contrario, aumentó mucho la demanda de sus tecnologías de agricultura y de otras ramas, los israelíes empezaron a ayudarnos a cumplir», dijo el asesor para asuntos comerciales de la embajada de Rusia en Israel, Eduard Vertiánov.

El comercio bilateral aumentó más del 14% en 2017 y en los primeros cuatro meses del año en curso creció otro 21%. Entre los principales proyectos de cooperación figura la modernización de la industria láctea rusa.

«Rusia intenta crear su propia infraestructura moderna, en vez de adquirir productos acabados, es lo que gusta a los israelíes, los que no solo buscan una posibilidad de vender sino llegar para enseñar y ayudar», señaló a su vez la jefa de la Cámara de Comercio e Industria «Israel-Rusia» recreada hace poco, Anna Moshe.

También reveló que las compañías israelíes aprendieron a solucionar problemas que surgen con bancos cuando se trata de efectuar operaciones con Rusia.

Vertiánov lo confirmó agregando que el Gobierno ruso concede buenos subsidios a las compañías israelíes que participan en proyectos de agricultura.