Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Turquía, Recep Erdogan, avanzaron este lunes, durante una reunión en Sochi, en conversaciones que buscan reactivar un acuerdo para la salida de cereales ucranianos por el mar Negro, que fue suspendido en julio último por Moscú.

Luego del encuentro, Putin mostró la disposición rusa de reactivar el convenio siempre que se cumplan los requisitos por los cuales decidió retirarse del anterior acuerdo, y Erdogan anunció por su parte que su país ha hecho «nuevas propuestas» para acercar una solución.

El acuerdo del verano europeo del año pasado contaba con un convenio paralelo para que Rusia pudiera vender sus productos, cuyos envíos se ven perjudicados por las sanciones occidentales contra Moscú, y el Kremlin espera propuestas concretas para volver a ceñirse al pacto.

«La cooperación multifacética entre Rusia y Turquía, basada en los principios de buena vecindad, asociación y beneficio mutuo, se está desarrollando con éxito en todos los ámbitos. Las conversaciones de esta jornada, como siempre, se han celebrado en un ambiente constructivo y de negocios», dijo el líder ruso.

Putin precisó que había examinado con el mandatario turco la cooperación entre los dos países en materia de seguridad, economía, política, así como en la esfera cultural y humanitaria, y había intercambiado puntos de vista sobre temas de actualidad de la agenda internacional y regional.

«Rusia siempre ha sido y será un proveedor fiable y responsable de gas. Pretendemos seguir abasteciendo a la economía turca de este combustible barato, pero altamente eficiente y ecológico. Además, estamos dispuestos a exportar gas a través de Turquía a consumidores de terceros países, siempre que nuestros socios estén interesados en ello», aseveró el presidente ruso.

Ninguno de los dos dirigentes hizo anuncios más concretos sobre una reactivación del pacto cerealero en las próximas semanas, lo que permitiría la exportación de las cosechas de otoño de Ucrania, uno de los mayores exportadores de granos y aceite del mundo y del que depende el mercado alimentario mundial.

El 22 de julio de 2022, Rusia, Turquía y las Naciones Unidas firmaron un acuerdo para desbloquear la exportación de granos y fertilizantes de Ucrania a través del mar Negro, mientras que el Gobierno ucraniano suscribió un documento similar con el Gobierno turco y representantes de la ONU.

Desde entonces, el acuerdo fue prorrogado en tres ocasiones, la última vez el pasado 17 de mayo, por dos meses.

Rusia formuló cinco requisitos para extender el pacto alimentario: reconectar su banco agrícola, Rosselkhozbank, al sistema SWIFT; reanudar envíos de maquinaria agrícola, repuestos y mantenimiento; levantar la prohibición de acceso a los puertos; reactivar el ducto de amoníaco Togliatti-Odesa; así como desbloquear los activos y cuentas extranjeras de las empresas rusas relacionadas con la producción y transporte de alimentos y fertilizantes.

A falta de avances en esta materia, el Kremlin anunció el 17 de julio que Rusia suspendía su participación en el acuerdo, pero estaría dispuesta a retomarla en cuanto se cumplan sus condiciones.

Por otro lado, Rusia está a punto de concluir las negociaciones con seis países africanos para la entrega gratuita de cereales.

Rusia suministrará a Turquía un millón de toneladas de granos a un precio atractivo para que sean procesados y enviados de forma gratuita a los países más pobres.

«En este sentido, contamos con la ayuda de Qatar, que por razones humanitarias está dispuesto a apoyar a los países más pobres», señaló el líder ruso.