El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró este miércoles que «levantar el estado de alarma sería un error absoluto e imperdonable», al defender ante el Parlamento la cuarta prórroga de la medida de excepción adoptada para controlar el brote de coronavirus, que finalmente saldrá adelante por un acuerdo de última hora.

La extensión del estado de alarma hasta el 26 de mayo estaba en riego, pero anoche Sánchez alcanzó un pacto con los liberales de Ciudadanos y los nacionalistas vascos, que lo apoyarán a cambio de que el proceso de desescalada se lleve a cabo de forma consensuada con las regiones, y se amplíen temporalmente las ayudas económicas y sociales.

Por su parte, el conservador Partido Popular (PP), que había respaldado las prórrogas anteriores, anunció que se abstendrá, mientras los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) votarán en contra, lo que supone una señal de deterioro de la relación del gobierno con un socio que es clave para su estabilidad.

«Levantar el estado de alarma ahora sería un error absoluto, total e imperdonable», subrayó el presidente del gobierno durante el debate parlamentario que acabará con la aprobación del nuevo estado de alarma, esta vez adaptado al proceso de desescalada iniciado ante el descenso de las muertes y contagios por coronavirus.

España sumó este miércoles 685 nuevos contagios, pero registró un leve repunte con 244 nuevas muertes, que elevaron el total de víctimas fatales a 25.857, según datos del Ministerio de Sanidad español.

Al iniciar su intervención en el parlamento, Sánchez anunció que declarará luto oficial cuando la mayor parte del país esté en la fase 1 de la desescalada -que comienza el 11 de mayo- y que también se celebrará un homenaje público a todas las víctimas.

«No hemos llegado hasta aquí porque nos haya llevado la corriente. Lo hemos hecho con esfuerzo, con sacrificio, y gracias a una herramienta plenamente constitucional como es el estado de alarma. Necesitamos esa herramienta», remarcó el presidente el gobierno.

Según Sánchez, «es la única que nos permite cegar las vías de contagio del virus cuando todavía comparte buena parte de su capacidad letal».

«En la gestión de esta pandemia no hay aciertos absolutos. Pero no prorrogar el estado de alarma sería un fracaso absoluto», insistió.

Anticipándose a las críticas, Sánchez dijo que el estado de alarma «no es ningún recurso retorcido del centralismo, sino que es el medio de evitar que el virus se desplace entre provincias».

Además, remarcó que «todas las libertades están intactas» y que «solo están limitadas la de circulación y de reunión».

«No priven al gobierno de su arma jurídica para vencer al virus», sentenció al finalizar su intervención.

Con discurso duro y agresivo, el líder del PP, Pablo Casado, desacreditó la gestión que hizo el Ejecutivo de la crisis de coronavirus y acusó a Sánchez de utilizar a los ciudadanos que dependen de las ayudas del gobierno como «escudos humanos».

«Usted ha fallado en todo y a todos. No espera a estar en la oposición para usar las víctimas en contra las demás», le espetó Casado a Sánchez.

«Desconfinar sin un estudio de seroprevalencia es como bajar una montaña con los ojos cerrados. Algún plan B tendrá que tener que no sea poner todo el peso en los hombros de los españoles que bastante hemos soportado», añadió el líder conservador.

Casado también acusó a Sánchez de amenazar a la oposición con retirar las ayudas a los desempleados y autónomos si no apoya la prórroga del estado de alarma, que considera innecesario en este momento al existir otros instrumentos legales para gestionar la crisis desde un mando único.

«Lo que no se puede es mantener la arbitrariedad del Gobierno con poderes excepcionales», sentenció el líder opositor.

En un clima político de gran crispación, el partido ultraderechista Vox, la tercera fuerza política parlamentaria, acusó al gobierno de mantener «rehenes a los españoles», y amenazó con una «moción de censura» contra Sánchez, al que señaló como «único culpable» de la crisis del coronavirus junto a la «Europa de los burócratas».