Más de 105.000 personas se manifestaron este fin de semana en Francia contra el pase sanitario actual y el pasaporte de vacunación anticovid en debate, un número cuatro veces mayor que en la última protesta de este tipo, que muchos ya interpretan como una reacción a los reiterados ataques del presidente Emmanuel Macron a los que se niegan a inocularse.

Esta semana, el mandatario francés, Emmanuel Macron, había afirmado que busca «joder» a todos los no vacunados, una declaración muy criticada por todo el arco político, que la máxima autoridad no obstante ratificó unos días después, en medio de la peor crisis de contagios que haya vivido el país desde que empezó la pandemia.

En ese contexto y en el inicio de un año electoral que definirá la continuidad de Macron en el poder, miles y miles de personas salieron a las calles nuevamente un sábado en las principales ciudades del país para ratificar su rechazo a la vacunación contra el coronavirus y la intención del Gobierno -que ya tiene media sanción en el Congreso- de imponer un pase de vacunación, que ya no incluya la opción un resultado de test negativo.

La gran mayoría de la movilización popular, esta vez, no se dio en la capital, sino en el interior del país.

En París, tres marchas congregaron a un total de 8.000 personas, según el Ministerio del Interior, que también informó que hubo diez detenidos y tres miembros de las fuerzas de seguridad levemente heridos en incidentes, según la agencia de noticias AFP.

En el resto del país, se registraron otras 24 detenciones y siete policías más heridos, todos leves, según la misma cartera.

La reactivación de las protestas fue notoria. El sábado pasado, el Ministerio del Interior había contabilizado apenas 25.500 manifestantes en todo el país.

La movilización coincide también con la víspera del inicio del debate del pase de vacunación en el Senado, la cámara que debe dar la aprobación final a la iniciativa propuesta por Macron.

En la ciudad de Lyon, manifestantes de todas las edades, la mayoría sin tapabocas, repudiaron hoy ese pase y lo calificaron de «apartheid social».

Desde agosto en Francia es obligatorio presentar el pase sanitario en los hospitales, restaurantes, centros comerciales y algunos medios de transporte, y para obtenerlo hay que completar la pauta de vacunación, tener una prueba negativa o haberse curado de Covid-19.

Sin embargo, el Gobierno quiere convertir en ley un pase de vacunación, que solo acepte la inmunización completa.

En Francia, más del 74% de la población ya recibió las dos dosis y más del 35%, la tercera de refuerzo. Pese a la alta tasa de inmunización y el éxito que tuvo el pase sanitario para ampliar la campaña de vacunación, los sectores antivacunas están muy movilizados en el país y se han instalado como una voz en el debate público de la gestión de la pandemia.