El Ministerio de Relaciones Exteriores de China condenó la «Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong» por parte del Senado de los Estados Unidos: «Esta ley obvia los hechos y la verdad, emplea un doble rasero e interfiere descaradamente con los asuntos Hong Kong, que son asuntos internos de China», advirtió el vocero de la cancillería del país asiático, Geng Shuang, en un comunicado. Añadió que esa legislación es «una violación grave del Derecho Internacional y de las normas básicas que rigen las relaciones.

Shuang reiteró que su país está comprometido con la fórmula de «un país, dos sistemas». Por otro lado, China acusa a naciones como Reino Unido y Estados Unidos, de crear problemas.

La aprobación de la ley por parte del Senado estadounidense implica que el secretario de Estado certifique cada año que Hong Kong tenga una suficiente autonomía para otorgarle una consideración comercial especial.

También considera imponer sanciones contra funcionarios responsables de violaciones de los derechos humanos en la región administrativa especial. Hong Kong padece desde hace más de cinco meses de una serie de disturbios en contra del Gobierno, que iniciaron en rechazo a un proyecto de ley que permitía la extradición de hongkoneses a varios países, incluidos a China continental.

La legislación fue retirada del parlamento, sin embargo, las protestas han persistido, reporta este miércoles Telesurtv.net. Por otra parte, el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, confirmó en las últimas horas que convocó al embajador chino en Londres, Liu Xiaoming, después de que un exempleado del consulado del Reino Unido en Hong Kong denunciase que fue torturado en China.

Simon Cheng, ciudadano de la antigua colonia británica y que trabajó durante dos años para el Gobierno del Reino Unido, fue retenido en China durante 15 días el pasado agosto. El empleado, de 29 años, declaró a la cadena británica BBC que fue «encadenado», le vendaron los ojos y fue «encapuchado», además de ser golpeado y forzado a firmar confesiones.

Según su testimonio, las autoridades chinas le acusaron de fomentar las protestas políticas en Hong Kong. El ministro británico de Exteriores manifestó a la BBC que el Gobierno está «sorprendido» y «horrorizado» por el testimonio de Cheng y ha puntualizado que el trato que recibió «equivale a la tortura».

«Me preguntaron qué apoyo, dinero y equipo estábamos dando a los manifestantes. Les dije que quería dejar claro al 100 % que el Reino Unido no asignó recursos ni ayudó en las protestas», ha agregado. La prensa inglesa informa además que Este miércoles, decenas de jóvenes activistas antigubernamentales permanecían encerrados por cuarto día consecutivo dentro de un campus universitario en Hong Kong, con la policía cercándolos bajo la amenaza de que serán detenidos cuando salgan.