La Corte Suprema de Estados Unidos pronunció este martes un fallo crucial sobre el tema de las , infligiendo una derrota a los conservadores, que intentaban limitar, gracias a este caso, la influencia de los sindicatos.

Un grupo de docentes de California llegó hasta la Corte Suprema para denunciar la obligación legal de contribuir a financiar la actividad de los sindicatos habilitados y que éstos emprendieran en su nombre negociaciones colectivas.

Según la ley californiana, los profesores de las escuelas públicas no sindicalizados no pueden defender por su cuenta sus derechos y el gobierno considera que las negociaciones con un solo interlocutor de los trabajadores son del interés de todos.

Tras una decisión de la Corte Suprema de 1977, este sistema fue aprobado en más de 20 estados del país y confirmado una y otra vez por la jurisprudencia. Si la Corte Suprema hubiese anulado esta disposición, los sindicatos hubieran perdido uno de sus mayores sustentos: el dinero.

Con un magistrado faltante –Antonin Scalia, fallecido en febrero–, los otros ocho jueces del más alto tribunal del país votaron divididos, cuatro contra cuatro, lo que supuso mantener la decisión de un tribunal de apelaciones, que ya era favorable a los sindicatos.

La cuestión planteada a los jueces, y que empezaron a abordar en enero último, era susceptible de alterar toda la organización laboral en Estados Unidos.