Más de 7.000 personas abandonaron desde principios de marzo el campo de refugiados de Rokbane, en el sureste de Siria, cerca de Jordania, anunció este viernes la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH).

«Desde marzo, unas 7.300 personas abandonaron Rokbane», un campo situado no lejos de Al Tanaf, una base militar donde se encuentran estacionadas las fuerzas estadounidenses de la coalición internacional antiyihadista, indicó a la AFP David Swanson, portavoz de la oficina de la ONU.

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Las personas desplazadas a ese campo por la guerra organizaron por sus propios medios el transporte hacia una zona ubicada cerca, donde bajó el nivel de violencia, había indicado el jueves la OCAH en una comunicado.

Luego, algunos fueron trasladados en vehículos privados o fletados por el gobierno sirio a cuatro albergues colectivos en la ciudad de Homs (centro), bajo control del régimen.

Otros regresaron a sus hogares, en los casos en que su lugar de origen estuviese situado en la región de Homs, de acuerdo al comunicado de OCAH.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Reino Unido, los deplazados que regresaron a zonas bajo control del régimen alcanzaron «acuerdos de conciliación» con el gobierno.

El campo de Rokbane, en una zona desértica fronteriza con Jordania, es un conjunto de tiendas de lona y casillas de tierra cocida, donde los desplazados no tienen nada.

A raíz del frío invernal y la falta de atención médica, una veintena de niños de menos de un año murieron en enero y febrero en ese campo.

La ayuda humanitaria allí es poco habitual e irregular, ya que la última recibida data del 6 de febrero.

Tras la partida de estas más de 7.000 personas, permanecen en el campo un poco más de 30.000.

Iniciada en 2011, la guerra de Siria ha dejado más de 370.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.