Un portal español de noticias –selectodigital.es- da una visión muy particular con respecto a la crisis de los refugiados, a quienes califica como “invasores con los que estamos en guerra”.

El texto del artículo comienza señalando que “aquí venimos y somos de una raíz de valores cristianos, comemos cerdo (nada de halal ni kosher) y bebemos alcohol, y nuestras mujeres son libres de ir cómo les da la gana y hacer lo qué creen más conveniente). Por lo tanto, deberíamos convenir de forma fehaciente, pública y exenta de complejos que no podemos asumir las oleadas de cientos de miles de africanos y asiáticos que invaden nuestro territorio mediante la coacción violenta del ilegal cruce de fronteras y demás jugadas sucias, como lo de quemar sus pasaportes para hacerse pasar todos por sirios ‘que huyen de la guerra’ y así generarnos un sentido de culpabilidad que nos mueva a una compasión perfectamente urdida por los Media europeos y los gobiernos corruptos de sus Estados miembro, de manera que se acepte sin rechistar que incluso dichos migrantes transeúntes elijan el país de destino que según sus cálculos sea más generoso y laxo (llamémosle cobarde y traidor a sus nacionales) a la hora de acoger a tantísima gente imposible de que se adapte a nada de perfil y ADN europeo”.

Señala luego que “aquí, lo que sucede es que antes de decidir venir a Europa dichas ingentes muchedumbres de gente confusa y desordenada se deberían dirigir a países de su órbita cultural, religiosa y costumbrista, como los de las monarquías podridas y corruptas del Golfo, ¡que no dejan que entre ni un solo ser humano de esta emigración masiva!; o Israel que hace lo propio; o EE.UU., Australia, Japón o China -y por supuesto Rusia, que algo tiene que ver con el conflicto-, que tampoco abren ni una rendija para ‘socorrer’ a los supuestos desamparados. No, todos los cientos de miles de individuos se canalizan hacia Europa para acabar de vertebrarnos y finiquitar nuestra identidad unida por miles de años de Historia, bajo el símbolo de la Cruz -¿o es que solamente se ha de respetar la media luna y la estrella de seis puntas?”, se pregunta la nota del portal español.

“No han sido invitados”

“Hablemos claro –dice luego-, los inmigrantes clandestinos que llegan masiva y hostilmente desde hace tiempo a nuestras naciones no han sido invitados a venir para ocupar nuestras estaciones, ni calles y plazas; ni, desde el momento cero de su presencia en el Espacio Schengen, a aprovecharse de todos los recursos asistenciales disponibles, erosionar la convivencia de nuestras comunidades autóctonas, dilapidar nuestros recursos en materia de seguridad (Policía, Ejército, sanidad pública -ojo con las¡epidemias!; y ojo con los terroristas y delincuentes que se han colado) y subvertir todo tipo de reglas de juego previamente establecidas y asumidas por los europeos mediante costosos y complejos procesos democráticos vía Bruselas, Estrasburgo o Luxemburgo. ¿Tanto montar Europa y sacrificar identidades nacionales para que cuándo aparece el primer problema que hace peligrar los cimientos de la Unión se fomenta su destrucción?
Los inmigrantes clandestinos que llegan y seguirán llegando desde este verano lo harán hasta que se corte por lo sano -con una drástica respuesta policial y militar(*)- este provocativo problema y se repatríe a los desplazados que han entrado y residen de forma abusiva en nuestras ciudades, individuos que han de ser identificados como tales y expulsados de Europa si no reúnen unos restrictivos requisitos fehacientes de que huyen de una guerra que nos incumba, pues de guerras hay 180 en activo en todo el Planeta, ahora, y no podemos adoptar a millones de potenciales ‘refugiados’ más”.

Los jóvenes se han marchado

Con respecto a los refugiados más jóvenes, señala que “aunque la propaganda convierta a dichas personas en refugiados simpáticos, mediante los trucos habituales de los medios de comunicación orwellianos que no dejan de vendernos que somos responsables de las vidas de dichos colectivos exógenos, la realidad es que en su gran mayoría son varones jóvenes, desertores de ejércitos de todos los bandos imaginables, de la África subsahariana, del Magreb o el Sahel, del Medio Oriente o de Paquistán y las repúblicas islámicas antes territorio de la Unión Soviética. Los combatientes afectos al gobierno legal sirio de Bashar al-Hasad y sus contrincantes que quedan en el país son todos de treinta años en adelante; los que han desertado son los de 18 a 30; como es fácilmente reconocible en todo tipo de imágenes de los desplazados; entre los que también se encuentran misteriosamente mezclados chinos y negros que no tienen nada que ver con Siria, un país mediterráneo étnicamente homogéneo y físicamente muy similar al español”.

Choque de civilizaciones

Más adelante hace hincapié en que “Sí. Estamos en pleno choque de civilizaciones y ante una suerte de Guerra de los Mundos que causa las tensiones peores desde la II Guerra Mundial. Nos encontramos en una atmósfera de hostilidad manifiesta contra nuestras vidas y nuestros lícitos intereses; y lo peor es que encima se nos está ‘moralizando’ mediante el dictado de lo que debemos pensar, decir y aceptar sin posibilidad alguna de reacción de autodefensa contra los invasores y ¡quiénes han decidido que sucedan los hechos que están aconteciendo al respecto!.

“Ya no cuelan los discursos intimidantes que tildan de fascistas, xenófobos o racistas a quiénes osan desenmascarar el juego sucio al que se somete a nuestro continente, fenómeno que se comprueba al observar que la mayoría de gobiernos de países soberanos de la Unión Europea, viendo que la población autóctona está a punto de estallar, ya están cerrando las fronteras a cal y canto a nuevas remesas de personas procedentes del plan de invasión planificado para destruirnos, substituirnos y acabar con nosotros. Sí, no son solamente Dinamarca, el Reino Unido, Hungría, Macedonia y más(**) las que actuarían igual si no estuvieran gobernadas por mundialistas gobiernos títere; si hasta la propia Alemania, con su irresponsable Angela Merkel al frente, redimiéndose del pasado nacionalsocialista y comunista de aquella república federal, hoy, 13 de septiembre, ha cerrado las fronteras con Austria y cortado el paso de trenes o autocares con pasajeros no autorizados a entrar en el Espacio Schengen, provenientes de Austria. Si hasta el propio Sarkozy ha dicho basta a la demente política de Hollande y Valls en esta materia, ya que se ve venir el terremoto Marine Le Pen que sí sabe lo que se lleva entre manos desde hace años y ganará las elecciones presidenciales en 2016”.

Quiénes lo fomentan?

El artículo, que seguramente despertó y despertará polémicas, dice luego que “sea por ignorancia o por mala fe, el hecho cierto es que la incompetencia o la intencionalidad ideológica a la hora de plantar cara al problema es un hecho fomentado por la extrema izquierda y la izquierda europea, siempre poseedora de una supuesta verdad absoluta y una más que discutible pureza ideológica que excluye cualquier atisbo de opinión contraria a la invasión -y a otros asuntos-. Pero lo más triste es que esta postura la asumen partidos de centro y de cierta derecha acomplejada; como aquí en España todos los nacionalistas, Ciudadanos o el Partido Popular que mientras le deja a García Albiol, en Barcelona, que mantenga sosegadamente -ha bajado el tono- su línea crítica con la inmigración ilegal, su homóloga y compañera de filas Cristina Cifuentes, en Madrid, cabalga desbocada a favor de todo tipo de apertura de puertas a quién sea, con la orden de que, por ejemplo, se atienda a todo quisque sanitariamente: ¡barra libre!, que pagamos los lerdos que los votamos. No, si al final resultará cierto que nuestras viejas naciones están fatigadas de sí mismas y la substitución demográfica es irreversible.
Sin embargo, aún estamos a tiempo de no perder la guerra que inicialmente se ha rehuido encarar; respuesta que exactamente lo sucederá en el momento que la ciudadanía salga a la calle y diga basta de manera inequívoca votando por partidos que efectivamente están en contra de este desastre y sus obscuros orígenes. Partidos que los hay, aunque castrados o sin recursos para darse a conocer.
Que sí. ¡Que nos han declarado la guerra! y los ‘buenos’ somos unos muy concretos, que no los otros que nos llevan al matadero”, dice finalmente el artículo.

(*) Los Ejércitos están ante todo para defender a la propia nación del enemigo, que puede ir armado o no. Si las Fuerzas Armadas de un estado democrático no pueden dedicarse a proteger fronteras y la integridad y seguridad de la población, es mejor disolverlos y vendernos la Patria al menor postor -que es lo que parece que se intenta conseguir.
(**) En cada Estado de la Unión Europea hay un partido o más que se enfrenta a este problema ya desde su programa y resto de propuestas y medidas electorales, pero el Sistema se cuida mucho y con todas sus armas, sobre todo la Judicatura y los Media, de acordonarlo/s ‘sanitariamente’ mediante la acentuación espuria de cualquier pretendido peligro supuesto en contra de la Democracia y las libertades. De tal manera, lo que se consigue es una camuflada atmósfera totalitaria que facilita las cosas al Nuevo Orden Mundial y al dominio del Planeta por parte de unas pocas familias, clanes y hermandades vinculadas entre sí y auténticas dueñas de casi todo, y a las que solamente les falta derribar las últimas fichas del tablero y proclamar su jaque mate al mundo cómo lo habíamos conocido hasta ahora, sobre todo en los últimos setenta años en Europa Occidental primero y en la ampliada después.